Cuando las cosas se hacen bien, hay que reconocerlas. El subsidio al dividendo ha tenido un impacto positivo significativo en el mercado inmobiliario chileno, especialmente para la clase media, al menos así lo muestran los más de 6 mil créditos con subsidio a la tasa hipotecaria aprobados, en  las primeras seis semanas de funcionamiento del programa, con casi 11 mil solicitudes recibidas.

Y es que los beneficios de este subsidio están muy bien pensados para poder democratizar los créditos hipotecarios, dado que ofrece una rebaja de 60 puntos base en la tasa de interés para optar a oportunidades de hasta 4.000 UF. Además, puede generar un ahorro mensual significativo de por ejemplo, $76.669 en una vivienda de 3.500 UF.

Este acceso a financiamiento ha sido un motor en la economía, porque está destinado a personas que no podrían acceder a un crédito hipotecario sin él, puesto que el Fondo de Garantías Especiales (FOGAES), cubre hasta el 50% del saldo insoluto durante la primera mitad del crédito, lo que reduce el riesgo para las instituciones financieras.

Todo esto ha contribuido a la reactivación del mercado inmobiliario, especialmente en el segmento de viviendas nuevas, gracias al diseño para apoyar a la clase media, uno de los segmentos más afectados por las actuales condiciones de crédito.

En definitiva, estas medidas pueden representar una oportunidad concreta para inmobiliarias, brokers y corredores de propiedades, por lo que sería interesante poder explorar posibles formas de expansión, como sería el ampliar la cantidad de subsidios disponibles o considerar incluir viviendas de mayor valor o diferentes tipos de propiedades, así como revisar y ajustar los requisitos de forma permanente según la situación país, para que este acceso logre un mayor número de personas.