
Por: Eduardo Ricci Burgos. Abogado de Negocios
La industria de la construcción en Chile atraviesa una etapa de cambios profundos, impulsados por la necesidad de aumentar la eficiencia, reducir costos y mitigar el impacto ambiental. En este contexto, la digitalización y la construcción sostenible se posicionan como pilares estratégicos de innovación.
Una de las transformaciones más notorias es la adopción del Building Information Modeling (BIM), una metodología que permite planificar, diseñar y gestionar proyectos de manera integrada. BIM reduce errores, optimiza tiempos y facilita la colaboración entre los distintos actores del sector. Su incorporación, fomentada por normativas impulsadas por el Ministerio de Obras Públicas, se ha vuelto esencial para proyectos de gran envergadura, como infraestructuras públicas y desarrollos urbanos de gran escala.
La prefabricación y la construcción modular también están revolucionando el sector. Este enfoque permite fabricar componentes en ambientes controlados y ensamblarlos en el lugar de construcción, reduciendo significativamente los tiempos de ejecución y el desperdicio de materiales. Este modelo ha sido clave para abordar el déficit habitacional de forma rápida y eficiente, especialmente en contextos de emergencia.
Otro avance notable es el impulso hacia prácticas de construcción sostenible. Empresas en Chile están adoptando materiales reciclados, sistemas de eficiencia energética y tecnologías de captura de carbono. Además, se observa un aumento en la certificación de edificios bajo estándares internacionales como LEED y EDGE, entre otros, que garantizan construcciones más amigables con el medio ambiente.
La tecnología también juega un rol crucial en la optimización de procesos. Drones, inteligencia artificial y análisis de big data se están utilizando para mejorar la supervisión de obras, anticipar riesgos y tomar decisiones más informadas. Esto no solo mejora la productividad, sino que también incrementa la seguridad en un sector históricamente expuesto a accidentes laborales.
Finalmente, el contexto regulatorio y los compromisos internacionales de Chile en materia climática están empujando a la industria a alinearse con metas de sostenibilidad y reducción de emisiones. Esto crea nuevas oportunidades para la innovación en materiales, diseño y gestión de recursos.
La construcción en Chile, tradicionalmente conservadora, está en una trayectoria de modernización sin precedentes. Las empresas que adopten estas tendencias estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos de un mercado más exigente, competitivo y comprometido con el desarrollo sustentable.