Por: Cristián Armas Morel, Emprendedor Inmobiliario y Entrepreneur & Real Estate Developer.
Producto de la crisis por la que atraviesa el mercado y la reducción de opciones a la que se enfrentan las personas para poder optar a una vivienda, es importante encontrar oportunidades en nuevos incentivos dirigidos a personas naturales.
Me refiero primero al APV, ya que más de 3 millones de contribuyentes ahorran en el sistema de Ahorro Previsional Voluntario. La norma permite invertir en las AFP, fondos mutuos, acciones, fondos de inversión, fondos de multifamily, fondos internacionales y compañías de seguros, entre otros.
Así, en el Régimen A, con una bonificación estatal, está orientado a quienes buscan un incentivo inmediato a través de una bonificación del 15% entregada por el Estado, sobre el monto ahorrado cada año.
En el Régimen B, con una exención tributaria, se permite a los cotizantes deducir sus aportes de la base imponible de su renta, lo que significa que los ahorros destinados al APV no serán considerados para el cálculo del impuesto a la renta. Esto se puede traducir en una rebaja significativa de la carga tributaria.
La gran mayoría de las cuentas de APV están en el mercado financiero, por lo que si pudiesen ahorrar en el pie y pagos de capital en los dividendos, habría un gran incentivo para elegir esta modalidad. Esto no afectaría en absoluto la recaudación fiscal, dado que la capacidad de ahorro es una, y si decidieran en qué invertir considerando esta opción a la par de las otras, generaría un poder comprador muy relevante.
Lo más paradójico es que pueden ahorrar en casi todos los instrumentos de inversión financiera, aunque es más extraño que los fondos de multifamily lo permitan: ¿y por qué no en forma directa?.
En cuánto al IVA, se puede lograr la devolución de ese impuesto siempre y cuando sean empresas, lo cual hace muy engorroso, dado que se debe pagar un 0.5% en patentes y la sociedad implica contabilidad y declaraciones mensuales. El efecto tributario es muy bajo dado que la recaudación no se afectaría al ser el mismo volumen de inversión.
Al evaluar ambas proposiciones de incentivos, se podría generar un poder de compra muy importante y simple. Siendo el APV de gran seguridad para el financiamiento, dado que los fondos tienen un costo tributario alto si se retiran, con lo cual la banca y mutuarias bajarían el riesgo y, por ende, subirían las aprobaciones a menor tasa de interés. En el caso del IVA, permite una forma de financiar la compra.
Si consideramos un 5% de los ahorros en AFP, serían 150.000 nuevas ventas en el tiempo; con el IVA, otro tanto que estimo en 5.000 unidades al año.