Por David Silva, jefe de División Aceros Control de Idiem – Universidad de Chile
Después de los terremotos ocurridos este año en Turquía y Siria (7,8 y 7.5 Mw), resultó inevitable recordar lo ocurrido durante el 27 de febrero de 2010 (Maule 8,8 Mw) y comparar los efectos entre estos sismos.
En concreto, el terremoto de Turquía ocurrió a una profundidad de aproximadamente 10 kilómetros, lo que significa que fue relativamente superficial y el epicentro se ubicó en una zona densamente poblada, por lo que aumentó los daños en la infraestructura. Por nuestro lado, el terremoto de Chile ocurrió a una profundidad cercana a los 35 kilómetros y gran parte del daño se produjo en áreas costeras.
Sin embargo, sin duda otro factor relevante es la calidad de la construcción. No obstante, para analizar su efecto es necesario conocer en detalle cómo se diseñaron y construyeron las estructuras frente a sismos.
Así Chile, por ejemplo, se encuentra en el límite de la placa de Nazca y la placa Sudamericana, el cual forma parte del denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, situación que nos expone a una constante sismicidad. El terremoto más grande registrado en la historia ocurrió en Chile en 1960, con una magnitud de 9,6 Mw y una energía liberada estimada en alrededor de 500 megatones de TNT. Por lo que considerando lo anterior, debemos estar siempre preparados, por lo mismo la autoridad a través de Senapred (Ex Onemi) elaboró guías preventivas y paliativas.
De lo anterior se aprendió que algunos de los aspectos claves a considerar, son: contar con un kit de emergencia, identificar zonas seguras en nuestras viviendas y lugares de trabajo e identificar zonas de evacuación. Es así como Chile ha logrado contar con un sistema integral de protección sísmica, constituido por reglamentos, normas, procesos e instituciones.
Los reglamentos establecen los estándares técnicos de diseño y de construcción exigibles; mientras las normas de diseño sísmico, establecen las condiciones para que las estructuras funcionen adecuadamente para las distintas zonas sísmicas del país, por lo que en sus actualizaciones incorporan la experiencia adquirida en sismos recientes.
Por otro lado, existen controles de tercera parte, entre ellos: la revisión obligatoria de los proyectos de cálculo estructural, la inspección técnica de obras y el control de la calidad de los materiales por parte de laboratorios oficiales. Las distintas instituciones como Minvu, MOP y municipalidades, fiscalizan que se cumpla con los estándares técnicos de la construcción antes indicados, en tanto Senapred establece la gestión a nivel transversal, para reducir el riesgo de desastres.
Finalmente, Chile es un país que cuenta con una industria de la construcción con tradición de calidad y cuenta con una cultura sísmica por parte de sus habitantes. Por su lado Turquía y Siria están lejanos a esta robustez, por lo no son comparables, ya que en nuestro país se sustenta con conjunto que garantiza seguridad, preparación y respuesta frente a sismos, y es precisamente, lo que nos diferencia de otras naciones.
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