
Por: Eduardo Ricci Burgos. Abogado de Negocios.
El sector inmobiliario en Chile está experimentando una transformación digital, impulsada por el uso de plataformas en línea, sistemas de gestión de propiedades y herramientas de análisis de datos. Sin embargo, esta digitalización también ha expuesto al sector a crecientes riesgos de ciberseguridad, que pueden comprometer datos sensibles, transacciones financieras y la confianza de los clientes.
En cuánto al desafío de la ciberseguridad en el sector inmobiliario, se desprende de los ataques cibernéticos dirigidos al sector han crecido exponencialmente en los últimos años, especialmente en lo que respecta al robo de datos financieros y la manipulación de contratos digitales. Un ejemplo común son los fraudes en transacciones inmobiliarias, donde los ciberdelincuentes interceptan correos electrónicos para desviar fondos hacia cuentas no autorizadas.
Para esto, creo que hay propuestas de acción que apuntan hacia una protección integral. Entre estas, la implementación de protocolos de seguridad robustos, donde Las empresas inmobiliarias deben adoptar estándares internacionales de ciberseguridad, como el marco NIST o ISO 27001, que establecen directrices claras para proteger la información sensible. Esto incluye cifrado de datos, autenticación de dos factores y monitoreo constante de las redes.
Igualmente la capacitación del personal con los colaboradores son una de las primeras líneas de defensa contra ataques cibernéticos. Es crucial capacitar a los equipos en prácticas seguras, como la identificación de correos phishing y el manejo responsable de datos.
Por su parte, la seguridad en las transacciones digitales van a estar vinculada al uso de blockchain que puede revolucionar la gestión de contratos y transacciones inmobiliarias, proporcionando un sistema descentralizado, transparente y prácticamente inmutable. Esta tecnología no solo reduce el riesgo de fraude, sino que también mejora la eficiencia operativa.
La asociaciones estratégicas con empresas tecnológicas será fundamental en colaboración con proveedores de soluciones de ciberseguridad, que permitan acceder a herramientas avanzadas como inteligencia artificial, para detectar anomalías y sistemas de respuesta rápida ante incidentes.
La auditorías regulares y de gestión de riesgos, podrán realizar controles periódicos de los sistemas tecnológicos ayuda a identificar posibles puntos vulnerables antes de que sean explotadas. Además, se recomienda implementar un plan de respuesta a incidentes que minimice el impacto de posibles brechas de seguridad.
Lo que se busca en definitiva, es que la ciberseguridad sea una ventaja competitiva en un mercado inmobiliario cada vez más competitivo, donde garantizar la protección de los datos de los clientes y las operaciones digitales no es solo una obligación, sino una ventaja estratégica. Las empresas tendrán que priorizar la ciberseguridad protegiendo su reputación, para ganar la confianza de inversores y clientes en un entorno cada vez más digitalizado.