El siniestro dejó más de 9.300 hectáreas destruidas, y se vieron afectadas más de 15.000 estructuras, incluyendo millas de viviendas, mansiones y chalets.
Por: Tomás Rodríguez Botto
Ha pasado poco más de un mes desde el devastador incendio que ocurrió en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, provocando la destrucción de más de 9.300 hectáreas y afectando a más de 15.000 estructuras, según datos del Departamento de Bomberos de la ciudad.
En respuesta a esta tragedia, los ciudadanos están apostando por la reconstrucción a través de viviendas industrializadas. Las nuevas construcciones deberán cumplir con criterios medioambientales y contar con materiales resistentes al fuego, además de incluir rejillas de ventilación que ayuden a prevenir el ingreso de las llamas.
La rapidez en la reconstrucción es un factor clave para los damnificados. De hecho, según el medio Bloomberg, las empresas especializadas en este tipo de construcciones están recibiendo constantes consultas de los residentes afectados por el incendio.
Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una orden ejecutiva para suspender los requisitos de permisos y revisión bajo la Ley de Calidad Ambiental de California (CEQA) y la Ley Costera de California. Esta medida busca permitir que las víctimas de los recientes incendios restauren sus hogares y negocios con mayor rapidez.
Además, las autoridades han adoptado medidas de protección para inquilinos y propietarios, prohibiendo el desalojo de inquilinos que comparten su alquiler con sobrevivientes del incendio y ampliando las restricciones contra el aumento ilegal de los alquileres.