Por: Paola Valencia M., MSc Environmental Design and Engineering, UCL; arquitecta en EBP Chile SpA
Hoy por hoy estamos viviendo tangiblemente las consecuencias del cambio climático, por lo que es urgente reaccionar ahora para generar los cambios necesarios que logren invertir la curva de crecimiento de emisiones.
Por lo mismo, cada sector debe responsabilizarse de lo que le toca. Sabemos de antemano, que la construcción a nivel global es causante del 37% de las emisiones asociadas a los consumos finales de los sectores productivos y, de éstas, según datos de la Agencia Internacional de Energía, el 75% promedio está asociado a la operación de los mismos.
Sin embargo, cuando ponemos el ojo en el sector edificación de Chile, observamos que ha sido muy difícil incorporar estándares de sustentabilidad en este mercado, ¿por qué sucede esto?, bueno, lo primero que se observa es que hoy no hay una ventaja comparativa en un proyecto que cuente con criterios de sustentabilidad al momento de la de venta, por ejemplo: es difícil ver que tiene un valor agregado una vivienda construida con materiales de bajo impacto, renovables o una vivienda con alto estándar de aislación térmica.
Podemos observar, entonces, que estos criterios no son relevantes al momento de realizar una tasación de propiedades. También nos damos cuenta de que para una constructora es efectivamente más caro construir con un alto estándar de sustentabilidad, dado que no existen incentivos que compensen esto. Así, para una constructora, sigue siendo más barato comprar materiales con mayor impacto ambiental o botar basura en vez de valorizarla, y para qué decir, aumentar la aislación de la envolvente.
¿Y por qué sigue siendo más caro ser sustentable?: Una de las razones es que hoy las industrias asociadas a consumos finales como fábricas de productos, constructoras o servicios no pagan impuestos asociados a su nivel de impacto.
Es así como un producto y un activo (edificio) de menor huella, puede ser más caro que uno que no se ha preocupado de reducir sus impactos. Por lo tanto, es importante revelar qué tipos de incentivos existen en el mercado.
Bueno, hasta la fecha sólo existen créditos a la demanda, es decir créditos hipotecarios, que en promedio reducen medio punto el impuesto del crédito, lo que no ha significado una gran diferencia al momento de negociar créditos, por lo que no se ha visto reflejado como un incentivo de venta.
Sin embargo, no existen incentivos tributarios ni financieros para empresas que construyan con menor impacto. Es más, hoy en Chile sólo pagan impuesto verde sobre fuentes fijas establecimientos que tengan una potencia térmica mayor o igual a 50 MWt y que terminan siendo sólo 89 establecimientos en Chile, de los cuales, 61% son generadoras eléctricas y luego establecimientos de pesqueras, celulosas, minería y madereras.
Como conclusión, mientras no existan incentivos financieros o tributarios a las industrias más limpias o verdes, es muy difícil que despegue un mercado verde en Chile.
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