Se estima que el 55% del déficit habitacional está concentrado en 55 comunas en la Región Metropolitana, donde destacan Santiago, Estación Central y Puente Alto. Mientras que en regiones, Antofagasta es la que tiene un panorama más complicado.
Por: Tomás Rodríguez B.
El complejo panorama en el sector habitacional parece ser irreversible, 10% de la población chilena se encuentra enfrentando esta problemática y 44% se concentraría en la RM, aunque también destacan Valparaíso, Bío Bío y Antofagasta. Las comunas de la capital que concentran el mayor déficit son Santiago, Estación Central, Puente Alto y Recoleta.
Se estima que son 641 mil viviendas catastradas dentro del déficit, 400 mil corresponden a sociales y 241 corresponden a la clase media. Por este motivo el Gobierno ha impulsado su plan habitacional que proyecta la construcción de 260 mil viviendas, de las cuales 125 mil ya se encuentran en ejecución. Sin embargo, expertos estiman que Chile necesitará al menos 2 millones de viviendas para 2035 para poder amortiguar la situación, si continúa creciendo el déficit año a año.
De acuerdo a la planificación del Minvu, los subsidios habitacionales para ir en ayuda del déficit habitacional contempla un total de 99.187.239 UF, equivalentes a 127.901 unidades. Estos se dividen en el DS49, pensado para las familias más vulnerables; DS01 como ayuda para quienes puedan contar con una parte de la adquisición de la vivienda que se debe complementar con un crédito hipotecario; DS19 destinado a entidades desarrolladoras para la generación de ofertas habitacionales; DS10 enfocado en familias vulnerables rurales, y por último; el DS42 que apoya financieramente con una parte con el canon de arriendo de vivienda.
Así, a la fecha han aumentado un 18,5% la disponibilidad de subsidios habitacionales, siendo los DS49 y DS19 los que más han multiplicado. También hay que señalar que se han pagado 7740 subsidios de adquisición, de los cuales el 25% corresponde a beneficiarios del DS49.
Finalmente, el llamado es a seguir poniendo foco en la construcción de soluciones habitacionales, lo cual no es fácil sobre todo en estos tiempos inflacionarios, la escasez de terrenos y el actual ritmo lento de la construcción de viviendas, que se ha convertido en una constante, producto de las consecuencias de los altos costos para llevar a cabo los proyectos.
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