Por: José Manuel Bellalta, Gerente General GB Cinco Ambiental
En medio de la crisis que atraviesa el sector construcción, marcada por las deudas del Minvu y la incertidumbre respecto al plan de pagos del Serviu, se abre una oportunidad que hasta ahora ha sido subestimada: la recuperación de suelos contaminados como vía para habilitar terrenos urbanos y dinamizar la inversión inmobiliaria.
Hoy existen en Chile más de 9.000 sitios potencialmente contaminados, muchos de ellos en zonas urbanas o periurbanas. Estos terrenos, que permanecen inutilizados, representan un capital dormido en un contexto donde la falta de suelo disponible frena proyectos de vivienda y limita la capacidad de respuesta frente al déficit habitacional. La clave está en entender que la ciencia y la tecnología ya ofrecen soluciones concretas para transformar estos espacios en activos seguros y productivos.
Las innovaciones en remediación ambiental han cambiado radicalmente el panorama. Tecnologías in-situ como la Oxidación Catalítica (KatOx) combinada con la Extracción de Vapores (SVE) permiten destruir contaminantes y reducir plazos de saneamiento que antes se extendían por décadas a rangos de apenas meses o pocos años. A ello se suma la biorremediación avanzada, que aprovecha bacterias especializadas como acinetobacter, micorrizas y procesos de ozonización, ampliando el abanico de alternativas para distintos tipos de contaminantes.
Otro enfoque disruptivo es la hidrogeología estratégica, que incorpora la estacionalidad climática —por ejemplo, el descenso del nivel freático en verano— para acelerar la recuperación de hidrocarburos y optimizar la extracción. Estas metodologías ya han sido aplicadas con éxito en ciudades como Coronel, Antofagasta y Copiapó, demostrando que la ciencia puede convertirse en aliada directa de municipios, comunidades y empresas.
En un escenario donde las constructoras esperan pagos atrasados y la caja fiscal restringe el inicio de nuevas obras, la recuperación de suelos contaminados no es solo una alternativa ambientalmente responsable, es una estrategia de inversión con impacto inmediato. Habilitar terrenos que hoy están bloqueados por pasivos ambientales puede ampliar la cartera de suelos disponibles para vivienda social y proyectos inmobiliarios, evitando repetir casos emblemáticos de paralización y conflicto.
La pregunta de fondo es si estamos dispuestos a mirar más allá de la coyuntura financiera y reconocer que la innovación tecnológica en remediación, puede ser la llave para reactivar el sector construcción. Chile no carece de suelo, carece de visión para transformar lo que hoy parece un problema en una oportunidad de desarrollo urbano sostenible.
