Suena bastante interesante si el objetivo es que se logre alcanzar una reducción total de la tasa de interés a una mayor al monto del subsidio, pero ¿serán estas ayudas al dividendo para la adquisición de viviendas en Chile, un instrumento que logre el impacto en la reactivación del mercado de la construcción y el sector inmobiliario que busca conseguir, si ya el PHE no lo ha logrado? …

Los subsidios al dividendo son ayudas estatales que buscan facilitar el acceso a la vivienda, especialmente para grupos de ingresos bajos y medios. En Chile, estos subsidios se implementaron como parte de políticas públicas para fomentar el acceso a la vivienda y reactivar la economía, pero a la fecha un mercado como el de la construcción que fue un eje central en la economía del país, no ha podido repuntar con estos mecanismos.

Necesitamos hacer que la vivienda sea más asequible en sistemas más robustos y ágiles, donde se incremente la demanda por unidades habitacionales, para impulsar la construcción de nuevas viviendas nuevamente, no sólo con salidas de leyes constante. De esta forma, los desarrolladores pueden responder a la demanda aumentada, lo que puede llevar a un crecimiento en la actividad constructiva y la creación de empleos en el sector.

Por otro lado, es fundamental que los subsidios estén dirigidos a quienes realmente los necesitan. Una mala focalización puede llevar a que los beneficios se distribuyan de manera ineficiente. Para esto, se requieren financiamiento y pueden representar una carga para las finanzas públicas. Es necesario evaluar si los beneficios superan los costos a largo plazo, es fundamental.

Estamos todos de acuerdo que los subsidios al dividendo pueden jugar un papel importante en la reactivación del mercado de la construcción y el sector inmobiliario, pero ¿repercutirán realmente en el aumento de la accesibilidad y en estimular la demanda?.

Su éxito evidentemente dependerá de un diseño adecuado y de la evaluación continua de sus efectos. Para mantenerse efectivos, las políticas deben adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y a las necesidades de la población. La sostenibilidad a largo plazo y la calidad de vida de los beneficiarios, también deben ser consideraciones clave en el diseño de estas ayudas.