Por: Cristián Armas Morel, Cristián Armas gestión y asesoría inmobiliaria.
Chile registró en 2023 el número de nacimientos más bajo en una década con 173.920 niños nacidos, mientras que en 2013 la cifra alcanzaba los 240.000. Para alcanzar la tasa de natalidad de equilibrio debe ser mayor a 2,0 y en Chile en 2024, se estima en 1,5 hijos por mujer.
De cara a la compra de una vivienda, históricamente ha sido una de las principales aspiraciones de las familias chilenas. Sin embargo, cada vez son menos las personas que logran comprar un inmueble y muchos deben recurrir al arriendo. Hace 20 años, solo el 13% de los hogares arrendaba y hoy esa cifra se ha duplicado.
La decisión de tener hijos está íntimamente influenciada con los aspectos económicos familiares, esto ya fue estudiado por los economistas, Becker and Lewis en la década de los 70, que propusieron la teoría de que a mayor PIB menor natalidad, dado que las preferencias cambian desde calidad de vida versus cantidad de hijos.
Analicemos cómo se relacionan estas variables económicas utilizando un ejemplo estimativo, una familia con un ingreso mensual de $3.000.000, (considerado alto para el promedio chileno), al evaluar sus gastos, encontramos lo siguiente: dividendo o arriendo de $ 800.000; auto y gastos relacionados aproximados de $ 400.000; ropa y recreación de $250.000; por hijo se considera más o menos $ 700.000. (colegio, mayor vivienda, cuidados etc.); el ítem comida se lleva $400.000; farmacia y gastos médicos de $ 150.000; y otros que pueden ser imprevistos o no, de $300.000.
En total, sus gastos alcanzan los $3.000.000, dejando en casi cero las posibilidades de ahorro. Esto significa que la variable de ajuste para comprar una vivienda, termina siendo la decisión de posponer la llegada de un hijo o viceversa, hasta que su situación financiera sea más estable, lo que refleja cómo son hoy las decisiones económicas las que determinan la planificación familiar y el acceso a una vivienda adecuada.
El precio de la vivienda ha subido significativamente, no solamente por las tasas de interés, nuevos impuestos y normas habitacionales, sino también por el plazo más corto de los créditos y el monto del pie a ahorrar, lo que puede afectar aún más la decisión de tener hijos.
Veamos algunos ejemplos de fomento a la natalidad, los que no han sido del todo efectivos, dado que no solucionan el problema de fondo de postergar la natalidad, hasta que haya plena seguridad de tener ingresos que lo permiten.
Así, en Grecia se ofrece una bonificación de 2.000 euros por una vez, a las madres que den a luz y residan legalmente en el país; en Italia los padres pueden solicitar un subsidio de hasta 192 euros por hijo y por mes; en Francia se ofrece varios tipos de ayudas subsidio familiar y las guarderías subvencionadas, y; Japón en 2023 se anunció un beneficio de US$ 7.500 por cada hijo por una vez a las familias jóvenes que se muden fuera de la capital, Tokio.
