Por: Jean Paul Eyssautier A., arquitecto Magister en diseño arquitectónico UNAB; socio AOA y fundador de Ey! Atelier.
Recientemente se generó el desafío de enfrentar el reto, de reconstruir dos hoteles y un restaurante en la “zona cero” donde ocurrió el ya conocido estallido social. Evidentemente, los inmuebles estaban gravemente afectados por actos vandálicos de aquel entonces.
La familia propietaria decidió no solo restaurarlos, sino transformarlos en edificios de renta residencial. Para lograrlo, se requería una solución rápida y eficaz que minimizara el impacto en las estructuras y cumpliera con las regulaciones municipales, que en ese momento estaban congestionadas.
Fue así como la prefabricación se convirtió en la clave para superar este desafío, ya que permitió reducir los tiempos de construcción, optimizar recursos y mejorar la calidad del proyecto. El proyecto concluyo con éxito y los departamentos se arrendaron en apenas dos meses y a precios superior, gracias a la diferenciación de calidad con respecto a la competencia
La fabricación de componentes fuera del sitio de construcción para luego ensamblarlos en su destino final, no solo ha traído rapidez al proceso, sino también, ventajas como la eficiencia en los tiempos al fabricar en paralelo con las obras in situ.
También hubo una significativa reducción de costos, ya que trabajar en un entorno controlado permitió estandarizar procesos y prever gastos, además de minimizar el impacto ambiental al menguar los residuos generados. Este sistema ha revolucionado incluso el ámbito del mobiliario, permitiendo la prefabricación de elementos como cocinas, closets y baños. Estos aseguran una instalación rápida, consistente y de alta calidad, con la posibilidad de personalización según las necesidades del cliente.
La prefabricación se remonta al siglo XIX, cuando la Revolución Industrial trajo consigo la creación de viviendas modulares. Un ejemplo icónico son las Kit Houses de Sears en Estados Unidos, a principios del siglo XX. Estas casas llegaban en kits para que los compradores las ensamblaran, lo que representaba una solución accesible e innovadora. Con el tiempo se fue expandiendo a otros tipos de edificios, consolidándose como una opción eficiente en la construcción.
Con el fin de entender mejor este enfoque, en un viaje a Suecia y Finlandia con un grupo de arquitectos y desarrolladores inmobiliarios, buscamos evidenciar las ventajas de la construcción en madera prefabricada. Así, se comprobó que en Suecia este sistema ha alcanzado un nivel impresionante de sofisticación, rápido y sostenible. Por su parte, en Finlandia se destaca por integrar la prefabricación con un diseño innovador y funcional, garantizando la calidad estructural y el bienestar de los ocupantes.
En definitiva, la experiencia de Santiago sumada a las lecciones aprendidas en Europa, subraya el inmenso potencial de la prefabricación, especialmente para Chile en un contexto de crisis inmobiliaria.
Empero, no hay que olvidar que la adopción de este sistema requiere la capacitación de profesionales y una estrecha colaboración con las autoridades, para adaptar regulaciones que faciliten su implementación. Así, la prefabricación no solo podría transformar la forma en que construimos, sino que también, ofrecería soluciones sostenibles y efectivas para los desafíos del futuro.
