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9 septiembre, 2024 /

Los costos de construir pensando en el cambio climático los deberíamos pagar todos

Un tema muy actual y relevante es el cambio climático. Una realidad que ya estamos viviendo y que tendrá un impacto cada vez mayor en nuestras vidas, incluyendo en la inversión más importante para muchos, como es la compra de una vivienda.
Por lo mismo, es fundamental que tanto los compradores como las autoridades tomen decisiones informadas que tengan en cuenta los riesgos climáticos, como la subida del nivel del mar, las inundaciones, los incendios forestales, las sequías, etc. Con esto se entiende, que antes de tomar una decisión, se debería considerar la ubicación de la vivienda para sopesar si las zonas son inundables o las áreas son propensas a incendios forestales, por ejemplo.
Parte de una toma de conciencia, también es abarcar la sostenibilidad y eficiencia energética de dicha vivienda, así como la resistencia y adaptabilidad de la construcción ante eventos climáticos extremos, y la planificación urbana en conjunto con la gestión de riesgos climáticos a nivel local.
Este último es un temón, dado que es fundamental para abordar los desafíos del cambio climático y contiene aspectos clave para una decisión sostenible a largo plazo. Así las cosas, la evaluación de riesgos climáticos, contribuye a identificar las amenazas climáticas específicas para la zona, como inundaciones, sequías, olas de calor, etc.
Igualmente, en cuánto a una planificación urbana resiliente, se debe poder diseñar ciudades y comunidades que puedan adaptarse y resistir los impactos climáticos, considerando factores como la elevación del nivel del mar, la expansión urbana y la protección de áreas verdes.
Otra área a pensar es la infraestructura verde. Implementar soluciones basadas en la naturaleza, como parques, jardines y techos verdes, para mitigar los efectos del cambio climático, pueden ser la respuesta a viviendas del futuro próximo.
Por su parte, la gestión de aguas pluviales, logra el desarrollo de sistemas para captar y manejar el agua de lluvia, reduciendo la carga en los sistemas de alcantarillado y minimizando las inundaciones. Así como las edificaciones resistentes, establecen códigos de construcción que garanticen la resistencia de las edificaciones ante eventos climáticos extremos.
Ya se ha comentado en otras editoriales, que no es menor considerar los procesos de levantamiento para la participación comunitaria, puesto que involucrar a la comunidad en la planificación y toma de decisiones para garantizar las soluciones de manera inclusivas y efectivas, es un proceso obligatorio hoy por hoy.
Al final de la cadena estará siempre la eterna responsabilidad de monitoreo y actualización, donde se realizar un seguimiento constante de los riesgos climáticos y actualizar los planes y estrategias según sea necesario. Parece algo menor, pero ya se ha visto en casos como en los derrumbes de Concón, que son clave para determinar la vida útil de un edificio.
Al abordar estos aspectos ¿será que tantas aristas encarecen la construcción y hace más lejana la posibilidad de una vivienda propia?; ¿está dispuesto el comprador a hacerse cargo de la inversión que requiere el medio ambiente para vivir en una casa sostenible?.
Pues las autoridades locales pueden reducir la vulnerabilidad de las comunidades ante el cambio climático y crear entornos urbanos más sostenibles y resilientes. Por lo que es hora de actuar con conciencia y responsabilidad para proteger nuestro futuro y el de las generaciones venideras.

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