Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios Cohlers+Partners
Existe una amnesia generalizada de las autoridades que olvidan al inversionista inmobiliario. Las medidas actuales no resultan suficientes ni resuelven el actual problema que atraviesa este sector de la construcción, pues estas sólo tienden a resolver el déficit habitacional, es decir, el acceso universal a una vivienda digna para los sectores de bajos ingresos, especialmente.
Un problema grave es que al justificarlas, se señala que estas medidas están también hechas para resolver la crisis inmobiliaria y de construcción, pero esto no es efectivo. Tienden a confundirse, pero solucionar el déficit habitacional no es resolver la crisis del sector, pues si se analizan, precisamente evitan al inversionista inmobiliario y es un error garrafal, ya que es un importante y reconocido motor del mercado que podría disminuir de manera efectiva el sobre stock de 114.000 viviendas.
Una muestra de este desacierto es el impulso del Fogaes y los subsidios que tienen como restricción, el ser aplicables únicamente a personas naturales para su primera vivienda. Así, la primera restringe y la segunda elimina al inversionista de plano, por lo que el efecto real sobre el problema que vive el sector es insignificante, dado que las viviendas compradas a través de estas instancias, son muy bajos respecto al total de propiedades disponibles.
Como si fuera poco, se han restringido otros beneficios que ayudaban al inversionista, por ejemplo los del DFL2, la recuperación del IVA o el registro de deudas consolidadas entre otras.
En el fondo, el problema de base es precisamente creer que las dificultades se resuelven sin el inversionista inmobiliario y/o los inmuebles multifamily, pues muchos de ellos son personas jóvenes que buscan alternativas para hacerse de un activo, mejorar pensiones futuras, generar nuevos ingresos vía arriendos o establecer una herencia para sus hijos, pensar lo contrario sería discriminatorio.
En resumen, para resolver la crisis del sector es urgente cambiar esta concepción y mejorar las condiciones de inversión, a todo nivel y para todos sin distinciones absurdas. A los sectores de menores recursos, para que tengan una vivienda propia y digna, se deben disminuir las barreras de acceso al crédito, sea a través de bancos, lease back inmobiliario o a través de la masificación o potenciamiento de las nuevas formas de inversión modernas como el flipping, los criptoinmuebles, el loping y el renting, entre otros.
Y al sector inversionista inmobiliario con beneficios para la compra de viviendas, se les debería dar facilidades a las inmobiliarias para reducir las trabas como en el proceso de la permisología y dar mayores certezas jurídicas a los permisos, pero también, se debería incrementar la inversión pública de infraestructura y mejorar las condiciones de pago a las constructoras de estas obras.
