“No violencia, no competición, no grupos, no jefes”, son parte de los conceptos tras este deporte nacido para lidiar con obstáculos de las grandes metrópolis.
Por: Leonardo Núñez
Primero fueron las ciudades de Francia y luego se masificó a casi todas las urbes del mundo. A Chile llegó en torno al año 2006. Por calles, semáforos, puentes, plazas y edificios, se veían a jóvenes corriendo, saltando y utilizando el mobiliario urbano como si se descolgarán de árboles en la selva. Se trataba de la llegada del parkour, un nuevo deporte urbano que hoy es parte habitual del paisaje, junto a otras actividades al aire libre, como la calistenia, el urban street jam, el juggling o la escalada en rocódromo.
“No violencia, no competición, no grupos, no jefes”, son parte de los conceptos tras este deporte nacido para lidiar con el concreto, el acero y las barreras mentales que surgen al vivir en medio de las grandes metrópolis. Es que, con el tiempo, el parkour evolucionó y hoy no solo tiene un fin deportivo, también se ha convertido en una alternativa para dejar el sedentarismo y explorar las ciudades. En Chile tenemos campeonatos nacionales de este deporte que compiten a alto nivel, incluso academias con clases para niños.
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“El Diario Inmobiliario” contactó a aficionados y profesionales del parkour para conocer cuáles son las zonas urbanas, edificios y estructuras favoritas para disfrutar de la ciudad, sin recurrir a otros elementos más que la agilidad propia y el diseño mismo de las urbes.
Traceurs (trazador en francés) como Julieta Reyes (19 años), de la Escuela Essence Parkour Santiago, nos cuenta que las plazas de Santiago, sobre todo de Providencia, están entre las preferidas. Entre estas se cuentan la Plaza ex Juzgado de Providencia (Av. Pedro de Valdivia con Galvarino Gallardo); La Plaza Gabriela Mistral (Cerro San Cristóbal) y la Pileta de Plaza Salvador junto al Puente Los Candados (Parque Balmaceda).
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También se inclinan por parques con mucho espacio para correr y rodeados de edificios antiguos y estaciones de metro, por su combinación de escaleras, barandas y abruptas caídas, como Manuel Montt y Universidad Católica. Este último es un buen lugar para empezar si eres nuevo en el parkour, porque tiene muchos obstáculos por superar.
El anfiteatro y Mirador Pablo Neruda, en el Cerro San Cristóbal, es otro de los más visitados, explican profesionales como Carlos Araya (@ckarlos_tr) y Lorena González (@lorena.gonzalezmedina.31). Tiene una vista privilegiada de todo Santiago y permite realizar distintas acrobacias. En regiones, Parkour Park, en la ciudad de Rancagua, es el indicado para dar rienda suelta a la imaginación (@parkour.rancagua/).
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De acuerdo a la habilidad y experiencia se puede ir agregando más obstáculos. David Belle, uno de sus creadores, tiene el récord de bajar por una fachada de un edificio de cuatro pisos en sólo 15 segundos y Sébastien Foucan, otro de sus máximos exponentes, se lanzó una vez desde el mástil superior de un buque de guerra, una altura de nueve metros, y cayó limpiamente.
“La vida está hecha de obstáculos y desafíos. Superarlos es progresar”, es uno de los fundamentos de la disciplina traceur. Pero sus creadores también llaman a la cautela y responsabilidad: “Este es un deporte potencialmente peligroso. Practicarlo sin la adecuada experiencia conlleva riesgos como lesiones irreversibles o la muerte”.