Por lo general, estos arriendos ceden de manera temporal el uso de la propiedad por un plazo inferior a tres meses.

Por: Tomás Rodríguez Botto

Durante el período de verano en nuestro país, los arriendos temporales son más frecuentes y presentan un desafío para los propietarios. El contrato debe estipular que el arrendador cede temporalmente al arrendatario el uso de la propiedad por un período determinado y para multas de descanso.

En este caso, es indispensable que el contrato incluya un límite de ocupantes, datos de la propiedad, así como información del dueño y del arrendatario, tarifas y formas de pago, horarios de llegada y salida, además de cláusulas que contemplen la terminación anticipada del contrato. “Eventualmente, se puede establecer otro tipo de garantía; el monto de la garantía podría ser menor”, ​​señala Christian Rodiek, CEO de FirmaVirtual.

Además, en el contrato de arriendo temporal se puede adjuntar un inventario como anexo. Por lo general, estos contratos son para propiedades amobladas, por lo que es necesario especificar el inventario de la propiedad.

Ante esta situación, Rodiek enfatiza que es importante que el dueño adjunte un inventario. “Idealmente, este debe incluir fotos; es decir, un inventario detallado acompañado de imágenes que sirven como prueba de lo que se entrega. Es importante que el propietario sepa que al arrendar una propiedad amoblada, está sujeta al pago de IVA; es decir, las propiedades sin muebles no pagan IVA, mientras que las que se arriendan amobladas sí lo hacen, lo que es crucial considerar”.

Esta situación implica que el Servicio de Impuestos Internos (SII) establece el cálculo correspondiente al IVA por la llegada de inmuebles amoblados.