El mercado inmobiliario del gigante asiático enfrenta su quinto año de recesión, con ventas que no consolidan su repunte pese a los incentivos del Estado.
Por: Tomás Rodríguez Botto
“Las inmobiliarias insolventes que deban quebrar, deberían hacerlo o ser reestructuradas”, señaló el gobierno chino hace un tiempo en relación a la crisis que atraviesa el mercado inmobiliario del gigante asiático.
Ya son cinco años los cuales han terminado con números rojos en ventas de propiedades. Para hacerle frente , las inmobiliarias del país han decidido ofrecer particulares incentivos a quienes adquieran propiedades.
Estos regalos van desde Iphones, pasajes en avión, porcentajes de la propiedad de jet privados (incluido la capacitación del piloto), pagó simbólico de yuanes y hasta el uso de productos como ajo y sandías para disminuir pagos iniciales en algunas provincias.
Otras empresas, en tanto, han decidido implementar medidas más tradicionales, como rebajas autorizadas de hasta un 15% por una propiedad.
Todos estos incentivos apuntan a cautivar nuevos compradores de propiedades en China, donde en 2024 ingresaron en total 10.8 billones de yuanes, una caída del 19,3% en comparación al 2020. Expertos del sector, por su parte, señalan que las ventas de viviendas nuevas llegarían a un total de 8 billones de yuanes, cifras que se encuentran por debajo del año 2024.
La distribución de la demanda por propiedades se concentra principalmente en dos ciudades, Shanghái y Shenzhen, lo cual ha generado que ciudades más pequeñas enfrenten una mayor desocupación de unidades habitacionales.