Diseñada con inteligencia artificial aprende a responder a las emociones de sus dueños, en un país con bajos índices de natalidad y alta depresión.
Por Leonardo Núñez
Moflin podría ser la solución a los deteriorados índices de salud mental de Japón. Se trata de una mascota de pelaje suave y diseñada con inteligencia artificial para aprender a responder a las emociones de sus dueños.
Los bajos índices de natalidad y el envejecimiento de la población, llevó a la empresa Casio a crear esta mascota que reemplaza a perros y gatos y que la hace ideal para la compañía en el hogar.
Del tamaño de un gato pequeño, está pensada para ser sostenido y abrazada, para que le hablen y acompañen, todo con el objetivo contribuir al bienestar emocional de los usuarios.
No se trata únicamente de un juguete tecnológico, ya que la compañía se ha asegurado de desarrollarlo al punto de introducirle ‘emociones’, de acuerdo al vínculo con su dueño.
Cuando recién es activada, Moflin apenas emite sonidos y solo pide ser abrazada. En su proceso de aprendizaje, a los 25 días ya puede conocer a sus dueños y responder a sus emociones. Y ya, con 50 días, Moflin es capaz de expresar emociones más sofisticadas y claras, incluyendo alegría, tristeza, molestia y felicidad.
Inclusive, el robot puede quejarse si detecta que su dueño no le dedica el tiempo necesario para su bienestar. Su precio alcanza los 400 mil pesos chilenos.
Por ahora, el producto sólo está pensado para Japón, pero no se descarta su llegada a otros mercados.
“Pensamos que Moflin podría calar en el mercado europeo, tiene mucho potencial; aunque, quizás, el enfoque que le daríamos sería diferente al del mercado asiático: un bichito peludo tan abrazable, que emite unos sonidos tan agradables y que reacciona a tus emociones es, sin lugar a dudas, un objeto de deseo”, explicó al portal AD Eloy Bernal, el responsable de marketing de la División Educativa de Casio España.