Tras la pandemia, nuevos materiales y ambientes integrados con salida al exterior, ganaron un espacio importante.
Por: Renato Herrera Lagos
La pandemia ha culminado y la peor crisis sanitaria mundial de los últimos 100 años quedó atrás. Se habló mucho de cómo sería el día posterior al Covid-19, sobre todo en materia de construcción y uso de la vivienda y la mayoría de los conceptos que se analizaron previamente se confirmaron, por ejemplo, se acentuaron requerimientos y necesidades para habitar el hogar.
La tendencia a buscar espacios abiertos hacia el exterior quedó instalada, tanto en la búsqueda de casas como en departamentos, en los que se privilegian balcones más grandes y expansiones hacia el exterior.
Hoy en día, los espacios para trabajar dentro de la vivienda o en el complejo ya pasaron a ser un amenitie obligado en todo nuevo desarrollo. El elemento sustentabilidad en un proyecto inmobiliario es muy apreciado por la demanda.
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Especialistas confirmaron que vienen aumentando notoriamente las técnicas constructivas en seco y tecnificadas; aberturas que permitan ventilación cruzada es fundamental para tentar la demanda. Por lo que los entrevistados coinciden en destacar que en materia de construcción durante la pandemia se tomó más conciencia sobre la sustentabilidad, cambio climático y todo lo referente con la calidad de vida.
Lo concreto es que las personas quieren vivir en ambientes amplios y con fuerte integración con el exterior. Muchas veces esto contrasta con la realidad económica, pero a grandes rasgos es lo que se ha ido instalando en la mayoría de los argentinos hoy. Se prioriza fundamentalmente ambientes con buena ventilación, más si disponen de ventilación cruzada.
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De acuerdo a Margarita Ducci, directora ejecutiva de Pacto Global Chile, iniciativa internacional que busca construir una red referente para el desarrollo, implementación y divulgación de prácticas y políticas responsables y sostenibles, todas las empresas, incluidas las del rubro de la construcción, han estado sometidas a una gran tensión para equilibrar la preocupación por las personas, y al mismo tiempo, mantener sus operaciones y velar por su permanencia en el tiempo.
Sin embargo, aseguran quiénes han apostado por el desarrollo sostenible que han estado mejor preparados para hacer frente a esta crisis: “Las empresas tienen claro que la sostenibilidad debe ser parte integral de su proyección en el tiempo y es hoy una aspiración real por parte de los colaboradores, proveedores, clientes y miembros de la sociedad en su conjunto. La construcción, como rubro importantísimo, no puede estar ajena a esta conciencia colectiva y debe dar pasos más acelerados”, señala Ducci.
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Paula García de los Ríos, gerenta de Consultoría de Gestión Social, empresa dedicada al diseño e implementación de estrategias y programas de desarrollo sostenible asegura que “antiguamente se hablaba de que las empresas tenían que generar valor para sus inversionistas y hoy eso se amplía a otros grupos de interés como los trabajadores, sus proveedores, sus clientes y a la sociedad en su conjunto”.
“Debemos mirar a la sostenibilidad desde un concepto integral. No solamente debe estar enfocada en los temas medioambientales, sino también en los sociales, intensificando aspectos como relaciones laborales sólidas, no discriminación, inclusión y transparencia a través de un accionar ético al interior de las organizaciones y con respecto a toda su cadena de valor”, agrega Margarita Ducci.
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