Por: Marcos Brito Alcayaga, director ejecutivo del Instituto de la Construcción, M.Sc. Ingeniero civil industrial Universidad Adolfo Ibáñez.
En un país con una geografía tan diversa y compleja como Chile, los desafíos para construir de manera segura y sustentable son enormes. Lo ocurrido recientemente durante el invierno en Tongoy y otras ciudades, donde un socavón destruyó una vivienda tras intensas lluvias, es solo el último recordatorio de que debemos avanzar hacia una construcción más consciente de su entorno. Y lo debemos hacer desde la evidencia técnica, la colaboración y la anticipación al riesgo.
Es por eso que el Instituto de la Construcción en conjunto con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, está impulsando un documento inédito a nivel mundial: el Manual de Recomendaciones de Diseño y Construcción en Edificaciones en Laderas de Dunas y Maicillos. Esta iniciativa no solo responde a una urgencia técnica, sino que representa un cambio de paradigma en cómo concebimos el desarrollo urbano en zonas complejas, en un contexto de crisis climática y creciente urbanización.
Este manual —actualmente en la etapa final de su desarrollo por un comité multidisciplinario de geólogos, ingenieros y arquitectos— busca llenar un vacío crítico. No existe hoy en el mundo un referente técnico que aborde de manera integral las condiciones constructivas sobre este tipo de suelos, especialmente comunes en nuestras zonas costeras.
Como país con liderazgo en ingeniería sísmica y resiliencia estructural, tenemos una oportunidad y una responsabilidad de contribuir con conocimiento técnico al bienestar de las personas y la seguridad de nuestras viviendas y otras edificaciones. Por lo que es importante articular el talento y el conocimiento público, privado y académico para promover la calidad, productividad y sostenibilidad en el sector. Este manual refleja justamente eso: una respuesta colaborativa, con mirada técnica, que busca prevenir antes que lamentar.
Lo que se está elaborando es más que un manual técnico. Es una herramienta de política pública, una guía para la toma de decisiones y, sobre todo, un legado que queremos dejar a las futuras generaciones de profesionales y ciudadanos. Aspiramos a que su impacto no solo se vea en Chile, sino también en otros países que enfrentan desafíos similares. Que se convierta en un referente exportable.
Estamos construyendo una hoja de ruta hacia una construcción que no solo edifique, sino que también cuide, respete y proteja su entorno. Porque cada proyecto que evitamos colapsar, cada vivienda que se salva de un socavón, es una vida más segura, es una comunidad más resiliente, es una ciudad más preparada para los desafíos del futuro.
