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19 abril, 2024 /

Un capital productivo cada vez más humano

Por: Marcos Brito A., gerente de Construye2025, M.Sc. ingeniero civil industrial Universidad Adolfo Ibáñez.

Dentro de las brechas prioritarias identificadas por la hoja de ruta de Construye2025, están las de capital humano, siendo la primera el “Bajo nivel de capacitación formal de los obreros de la construcción”, seguida por otras que identifican deficiencias en la oferta formativa, falta de un registro y la alta tasa de accidentabilidad.

Éste es uno de los problemas base del estancamiento en la productividad del sector. El resultado deseado es lograr una mayor tasa de capacitación en oficios y una mucho más alta tasa (que la actual) de certificación de competencias laborales de la construcción.

Para abordar integralmente este desafío se requiere un alto grado de conocimiento de experiencias pasadas, así como de otras estrategias internacionales. Junto con ello, poner a todos los incumbentes de acuerdo, es decir Estado, gremio, sindicatos, OTECs, OSCL, etc. 

Desde la creación del Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales (2008), ChileValora ha sido un importante articulador de esfuerzos y es ahí donde se registran el catálogo de perfiles ocupacionales, los planes formativos y las rutas formativo laborales, entre otros; todos estos, validados por cada Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL).

Desde 2012, el sector tiene un OSCL, presidido hasta hoy por la Cámara Chilena de la Construcción. Este organismo tripartito ha trabajado por actualizar el catálogo de perfiles de competencia laboral, y dentro de cada uno de éstos, las unidades de competencias laborales que los configuran. Durante los últimos meses, el OSCL ha replanteado y actualizado los perfiles que se requieren hoy y cómo éstos pueden ayudar a resolver la brecha de productividad. 

Hasta aquí todo bien. Pero, ¿cómo logramos que los trabajadores se capaciten y certifiquen en sus oficios? Los instrumentos de financiamiento (franquicia tributaria) dependen de las empresas empleadoras y, finalmente, necesitamos que el trabajador quiera capacitarse, certificarse y mejorar. Entonces, ¿cómo los convencemos, motivamos y hasta entusiasmamos con esto?

Para que el sector crezca, junto con su tecnificación industrial, necesitará -cada vez más- mano de obra especializada y que se proyecte en su ruta laboral, para que así mejore sistemáticamente en sus tareas y experiencia. Necesitamos retener talentos y habilidades, y que nuevas generaciones se proyecten en la construcción. Además, hacerlo más heterogéneo entre mujeres y hombres, para que así se complementen las habilidades distintivas de cada género. 

Por ello, es fundamental tener en el centro a la persona. Si ellas crecen, crecemos todos. En la medida que el sector pueda ofrecer más y mejores oportunidades, este importante capital productivo será cada vez más humano.

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