
Por: Enrique Gastalver, Senior Manager del área de Asset & Property Management de CBRE.
Fue en 1936 cuando se estrenó la famosa película “Tiempos Modernos”, donde más allá de ser una excelente sátira de la época, recuerdo la escena cuando Charles Chaplin se encuentra apretando tuercas sin parar hasta volverse totalmente loco.
Si bien parece exagerado, a veces me pregunto si en la operación de los activos inmobiliarios en pleno siglo XXI, no se estará trabajando como Chaplin, con procedimientos excesivamente manuales y mecánicos que poco valor agregado les entregan a los edificios.
La pandemia no hizo más que recordarnos la importancia del uso de la tecnología en el ámbito del Real Estate, en general, y en la gestión y administración de edificios, en particular.
Lo primero que el mercado empezó a resolver fue softwares para reuniones online, pagos masivos a través de plataformas bancarias, firmas electrónicas de contratos y actas, clave única para salvoconductos, control horario, códigos QR, etc. Todo esto permitió finalmente eliminar el papel que, sostenibilidad aparte, generaba mucha burocracia lenta y tediosa.
Después llegó algo más de sofisticación a la operación, cámaras para medir temperatura, contar personas o reconocimiento facial, todo conectado a un control de acceso que ya venía mejorando en los últimos años, con tecnología donde ya no es el personal de recepción quien permite el acceso, sino los propios usuarios los que autorizan desde su computador o teléfono, utilizando las visitas sus equipos móviles para identificarse.
Tecnologías que avanzan como son las recepciones virtuales o aplicaciones para reserva de salas de reuniones, estacionamientos, bicicletero o la compra de un café o snack, que no solo ayudan al usuario final, sino también, al gestor quien puede medir consumos energéticos, gestionar gastos, cobranza, arriendos, contratos y todo en tiempo real.
Avances e innovaciones que han permitido mejorar el servicio y atención a nuestros clientes y facilitar la interacción con el usuario final. Todas estas implementaciones ayudan a la recopilación de datos para medir y fijar estándares de mercado con proveedores, arrendatarios, propietarios y, en general, todo el universo de stakeholders que rodean los activos inmobiliarios.
A propósito de esto, nos encontramos con un nuevo desafío, la Inteligencia Artificial. Vemos como muchas startups están lanzando software basados en AI donde, no solo tienen capacidad para manejar, leer e interpretar millones de datos, sino que tienen un algoritmo para generar datos propios que entregan ubicaciones para mayor rentabilidad, mapas de calor para localizar tiendas, análisis financieros para evaluar futuros clientes, comportamientos probables de pago, etc.
El mundo donde las tuercas se aprietan de forma manual ya no existe, ahora ya lo puedes hacer desde Whatsapp.