Por: Nicolás Williams, presidente de la Asociación Gremial de Corredores de Seguros de Chile (ACOSEG)
Cada verano, los incendios forestales son una amenaza en diversas regiones de nuestro país y nos recuerdan la urgencia de adoptar medidas preventivas y de protección. Sin embargo, la prevención no se limita a evitar que estos eventos ocurran; también implica estar preparados para enfrentar sus consecuencias, especialmente en términos de protección patrimonial. Según datos del último Informe de Género en el Sector Financiero de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), solo el 7% de los hogares chilenos cuenta con un seguro contra daños.
Esta cifra pone en evidencia una preocupante realidad: la mayoría de las familias están expuestas a pérdidas que podrían ser devastadoras para su estabilidad financiera. ¿Cómo cambiamos este panorama? La clave está en entender que un seguro de incendio no es un gasto, sino una inversión, y por ende una tranquilidad y una herramienta de resiliencia.
Contrario a la percepción que los desastres naturales son improbables o que las pólizas de seguro son inalcanzables, la realidad demuestra que el impacto de enfrentar un siniestro sin cobertura es infinitamente mayor al costo de una prima anual. Los incendios forestales no distinguen niveles socioeconómicos y sus consecuencias pueden borrar en minutos lo que tardamos años en construir.
Para quienes ya han sido afectados por incendios, es ideal que busquen empresas que tengan recomendaciones prácticas que pueden marcar la diferencia en el proceso de recuperación y que el Corredor de Seguros, recopile documentación detallada y mantener un seguimiento constante del proceso de reclamación. Además, importante es recordar revisar anualmente las coberturas y actualizarlas según las valorizaciones del inmueble para evitar el infraseguro.
En el caso de inmuebles asegurados mediante créditos hipotecarios, muchas veces los propietarios desconocen los detalles de su cobertura. Es esencial que soliciten una copia de la póliza a su banco o la consulten en el portal “Conoce tu Seguro” de la CMF. La transparencia y el conocimiento sobre las coberturas contratadas son aliados clave para enfrentar los desafíos de un siniestro.
En resumen, el llamado a la comunidad es a reflexionar sobre la importancia de estar preparados. Contar con un seguro de incendio no solo protege el patrimonio personal, sino que también refuerza la estabilidad y la resiliencia de nuestras comunidades ante desastres naturales. Valorar la prevención es, sin duda, el primer paso para cuidar lo que más importa: nuestras familias y nuestro futuro.
