Por: Gonzalo Mut, arquitecto y Mgtr. Diseño y Construcción Sustentable; Gerente Comercial PASIVA; LEED Green Associate – Edge Expert; y Evaluador Energético MINVU – Asesor CES – CVS.
La industrialización de la construcción nos otorga una serie de ventajas como la velocidad de ejecución, reducción de costos y la disminución de errores, gracias a que es un proceso estandarizado que logra como resultado un producto final mucho más eficiente al de la construcción tradicional.
Bajo este criterio, la madera se luce como un material de características particulares, entre las que destacan: su calidez estética a la hora de entregar terminaciones naturales en espacios interiores y exteriores más acogedores, y sus cualidades estructurales que la hacen apta para construcciones de todo tipo.
Desde el punto de vista de la sustentabilidad, la madera sobresale por su rápida renovación y bajo impacto en su extracción, siempre y cuando, la materia prima provenga de bosques con certificaciones de cadena de custodia como la FSC, que nos garantiza un manejo responsable del recurso.
Sin embargo, el solo hecho de utilizar madera como principal sistema constructivo, no define al edificio como sustentable, ya que deben considerarse las necesidades propias del mismo y su uso para definir su materialidad. Por ejemplo, si nos encontramos en un clima de grandes oscilaciones térmicas, surge la necesidad de incorporar masa térmica para reducir las variaciones de temperatura al interior de la edificación, para esto, una estructura de hormigón sería más idónea.
Aún así, hoy en día, avances en la tecnología de elaboración de elementos prefabricados estructurales de madera como el CLT (Cross Laminated Timber), han permitido que se alcancen nuevos horizontes en la aplicación de la madera como elemento estructural para edificios en altura. Estas piezas, además, pueden ser rescatadas muy sencillamente una vez se cumpla el ciclo de vida de la edificación, facilitando el reciclaje de las mismas.
En nuestro país el proyecto Tamargo de Tallwood Arquitectos, es una muestra de las posibilidades de este material en el desarrollo de edificios de gran envergadura. Tamargo se perfila como el primer edificio de 12 pisos de América Latina con estructura de madera prefabricada que promete cambiar los paradigmas de la construcción en el continente.
Con una industria forestal madura, centros de estudios e investigación que desarrollan profesionales expertos en la materia, como el Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera, el CDT, el Centro UC de Innovación en Madera, entre otros, sumados a privados comprometidos que aportan tecnología y conocimiento, Chile presenta terreno fértil para el desarrollo de la madera como alternativa constructiva y un referente para toda la región.
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