La cuenta pública del Presidente Gabriel Boric, ha generado más interrogantes que certezas, especialmente en lo que respecta a la cartera de vivienda. Los datos presentados por el Gobierno sobre el Plan de Emergencia Habitacional, revelan un panorama preocupante. Por ejemplo, que más de 200 mil viviendas reportadas como parte del plan, al menos 78 mil fueron heredadas de la administración anterior (según mencionó Iván Poduje en El Mercurio), lo que plantea dudas sobre la efectividad y el alcance real del plan actual.

A 11 meses de terminar su período, evidentemente la meta de entregar 260 mil viviendas, se transformó en una meta inalcanzable, aunque según cifras del ejecutivo existan 193.444 viviendas entregadas hasta abril de este año y 128.710 en ejecución. Data, que según un informe de Déficit Cero, sería un poco ficticio por las soluciones que no implican en todos los casos una construcción de un techo.

Es decir, la cuenta pública ha dejado al descubierto las deficiencias del plan de vivienda del Gobierno y ha generado inquietudes sobre la capacidad para abordar la crisis habitacional de manera efectiva. La falta de respuesta en materia de viviendas es un tema crítico que afecta a miles de familias en Chile y no se puede seguir maquillando cifras, ni haciendo invisibles problemáticas como los campamentos, que afectan a ciento de chilenos y que requiere una atención urgente.

Por lo demás, la autoconstrucción es una solución precaria que muchas familias han adoptado ante la falta de opciones. Esto puede generar riesgos para la seguridad y la calidad de vida de los habitantes y habla de la ausencia de Estado preocupante, que solo genera políticas poco efectivas para abordar un problema estructural.