Por: Andrea Díaz, gerente de Marketing en puerto + arquitectura Inmobiliaria y miembro de Corporación Mujeres Inmobiliarias MI.
En el dinámico y competitivo mercado inmobiliario de Chile, la importancia de una marca sólida no puede subestimarse. Cuando está bien establecida atrae a más clientes y genera más confianza y lealtad, elementos cruciales en un sector caracterizado por transacciones significativas y de largo plazo.
Sin embargo, en tiempos de crisis, es común que el presupuesto de marketing sea lo primero en reducirse, enfocándose exclusivamente en las ventas. Aunque esta estrategia puede parecer lógica a corto plazo, es esencial no descuidar el fortalecimiento y el valor agregado de nuestras marcas.
Diversos estudios demuestran que los clientes eligen sus viviendas por múltiples factores. Según la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), los principales determinantes son: la ubicación (64%), el precio (62%) y las características del departamento. Empero, un 35% de los compradores considera la marca de la inmobiliaria como un factor decisivo en su decisión de compra.
Esta preferencia se basa en la confianza en la calidad de la construcción, el cumplimiento de los plazos y la reputación en el mercado que ofrecen las inmobiliarias bien establecidas. En una compra tan significativa como una vivienda, el respaldo y la relación postventa con el cliente, son vitales.
Así, la reputación y experiencia de una empresa inmobiliaria son fundamentales para generar seguridad en los compradores. Una marca reconocida y respetada inspira confianza y credibilidad, diferenciandose de sus competidores en un mercado saturado. Esto, se puede traducir en una ventaja competitiva significativa, ya que fomenta la lealtad del cliente que puede llevar a referencias y ventas repetidas. En simple: clientes satisfechos: son más propensos a recomendar una marca de confianza.
Las marcas bien establecidas suelen ser percibidas como más fiables y de mayor calidad, lo que puede justificar precios más altos y mejorar los márgenes de beneficio. En tiempos de crisis, mantener una comunicación clara y honesta con los clientes es vital. El marketing es clave en este aspecto, porque proporciona información actualizada y relevante, fortaleciendo la relación con los clientes a través de campañas de contenido, atención al cliente y programas de fidelización.
La adaptabilidad e innovación, por su parte, son esenciales durante las crisis. El marketing puede ayudar a las empresas a dar un giro rápidamente, adoptando nuevas tecnologías, explorando nuevos mercados o modificando estrategias existentes. Mantener una presencia activa en tiempos difíciles puede ayudar a las marcas a mantenerse en la mente de los consumidores y estar mejor posicionadas cuando la situación mejore. Las respuestas rápidas y apropiadas a los problemas, pueden mitigar daños y mantener la imagen de la marca.
En resumen, el valor del branding es un activo intangible pero extremadamente valioso que puede influir en todos los aspectos del negocio, desde la atracción y retención de clientes, hasta la capacidad de superar crisis y expandirse a nuevos mercados. Fortalecer y mantener una marca sólida marca el camino al éxito con miras a largo plazo.
