
El final del periodo del presidente Boric deja un panorama complejo y desafiante en materia de vivienda y construcción en Chile. A pesar de los esfuerzos y aumentos presupuestarios, el sector enfrenta importantes desafíos que afectarán a la próxima administración.
Los argumentos son multifactoriales, pero entre ellos, las negligencias en el período son irrefutables. Así, la escalada de las cuentas de electricidad en un 7% mensual en julio debido a errores de cálculo, ha tenido un efecto dominó en la economía chilena, puesto que esto ha influido en el aumento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que ha llevado, a un incremento en la Unidad de Fomento (UF).
Todo este efecto en cadena ha encarecido automáticamente los arriendos, dividendos hipotecarios y gastos comunes, entre otros. Un escenario complejo que llega a enfatizar la incertidumbre y preocupación en el sector de la construcción, ya que muchos proyectos y contratos están indexados a la UF.
Por otro lado, el presupuesto para 2026 también habla de la poca capacidad de administración, porque si bien, se contempla un aumento del 7,6% en comparación con 2025, alcanzando los $2,8 billones de pesos para el Plan de Emergencia Habitacional, muchos expertos consideran que este aumento no es suficiente para abordar los desafíos que enfrenta el sector. La meta de construir más de 260 mil viviendas durante la administración del presidente Boric parece cada vez más ambiciosa.
De esta forma, se estima que la próxima administración enfrentará importantes desafíos en materia de vivienda y construcción. La incertidumbre económica y la falta de claridad en las políticas públicas, pueden afectar la inversión en el sector y la capacidad de cumplir con las metas en la cartera, por lo que es fundamental que desde un comienzo se aborde estos desafíos de manera integral y sostenible, considerando las necesidades de la población y las oportunidades de desarrollo económico.
En resumen, el legado del presidente Boric en materia de vivienda y construcción deja a casi 4 meses de terminar, un panorama árido. La incertidumbre económica y la falta de claridad en las políticas públicas, afectó todo su período la inversión en el sector y la capacidad de cumplir con las metas autoimpuestas. Esperemos que los que venga logre articular y generar soluciones de manera más integral y sostenible, para garantizar un futuro próspero para el sector protagonista en la calidad de vida y en la economía del país.