La administración inmobiliaria es un campo emergente que poco a poco se ha ido visibilizando e instalando, desde la necesidad que se ha identificado en espacios como edificios o condominios. Por lo mismo, revisar en qué está la Ley Nº 21442, conocida como la Nueva Ley de Copropiedad Inmobiliaria, parece algo fundamental.
¿Lo primero? Establecer los puntos más importantes contenidos en ella. Se establece requisitos para ser administrador y se eleva su estándar de responsabilidad; determina un procedimiento especial para sancionar a administradores que infrinjan la Ley de Copropiedad Inmobiliaria; se instruye la creación de un Fondo Operacional Inicial y se amplía el Fondo de Reserva; además de que se indican obligaciones para el desarrollador inmobiliario.
También se promueve el establecimiento del concepto de obligaciones económicas; se modifican los quórums de asambleas de copropietarios; se estipula que no se puede prohibir la tenencia de mascotas; hay cambios en la composición del Comité de Administración; y el arrendatario puede participar en las asambleas, distinguiéndose la clase de quórum que se requiere.
En cuánto a estos relevantes guiños que pretenden realizar mejoras necesarias, luego de 2 décadas de vigencia de la actual normativa, varios entendidos en la materia han mencionado que algunas de estas modificaciones son positivas, sin embargo, otras presentan deficiencias o les falta madurez, por ejemplo, una en la que existe consenso en sus faltas es la relacionada con los nuevos quórums para la realización de asambleas.
Si bien, la normativa rescata aspectos sustanciales de la anterior Ley 19.537, lo esencial que busca es poder profesionalizar el rol del administrador. De cara a este objetivo, toman relevancia iniciativas como CIGSA Chile, un espacio que se llevó a acabo para que el ecosistema de la copropiedad inmobiliaria pueda encontrar y generar instancias de transferencia de conocimiento y networking.
Así, CIGSA es el puntapié que responde a nivel internacional, a la necesidad de poder conglomerar a un gremio emergente bajo la oportunidad de capacitarse y compartir experiencias, para que desde ahora en más, sean los entendidos en la materia quiénes impulsen las mejoras para triangular y logren empalmarse con la nueva normativa, o en su efecto exigir desde su expertise, los cambios necesarios para una optima administración.
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