En 2020 se contabilizaban 12,5 millones de estos dispositivos instalados en Chile. Se proyecta que al 2046 la cantidad de desechos fotovoltaicos alcancen las 120 mil toneladas.
Por Leonardo Nuñez
El impacto que ha generado el alza de las cuentas de electricidad ha vuelto a poner el foco en métodos alternativos para conseguir energía residencial más barata. Frente a ello, los paneles solares surgen como una alternativa viable para bajar las cuentas.
Sin embargo, pocos reparan en su costo ambiental en el caso de los países que, como Chile, no cuentan aún con la tecnología adecuada para su reciclaje. De acuerdo a diferentes estudios, la vida útil de los paneles solares que se están promocionando hoy en el mundo como una herramienta crucial para ayudar a reducir las emisiones de carbono, es de hasta 25 años.
Esto quiere decir que eventualmente miles de millones de paneles tendrán que ser desechados y reemplazados en las próximas décadas. Mientras tanto, ¿qué hacemos con estos desechos?.
“El mundo tiene instalado más de un teravatio de capacidad solar. Los paneles solares comunes tienen una capacidad de alrededor de 400W, por lo que si se cuentan los techos y las granjas solares, podría haber hasta 2.500 millones de paneles solares”, señaló el Dr. Rong Deng, experto en reciclaje de paneles solares de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, en un artículo de “Muy Interesnte” que data de junio del año pasado.
Según el gobierno británico, hay decenas de millones de paneles solares en Reino Unido, pero la infraestructura especializada para desecharlos y reciclarlos es insuficiente. Imagínese en nuestro país.
Hasta marzo de 2020 se contabilizaban 12,5 millones de paneles solares instalados en Chile, mientras la proyección indica que al 2046 la cantidad de desechos fotovoltaicos alcancen las 120 mil toneladas. Para esa fecha, se prevé el primer peak de este tipo de residuos, debido al fin de su vida útil, indican estudios nacionales, los que también alertan por su consecuencia ambiental.
“Con respecto al impacto ambiental de los módulos debe intentarse fomentar una economía circular; la mayoría de los componentes de los módulos son reciclables. Que lo sean, empero, no significa que efectivamente se reciclen. Esta es la tendencia al menos en Europa. Para que se reciclen se requiere una industria que se dedique a esto, y para ello deben establecerse las condiciones normativas en primer lugar. Así, los dueños de los parques tendrán la obligación –ambiental y social– de hacerse cargo de esos desechos, o el fabricante en su lugar, y fomentar incentivos para que crezca la industria de ese reciclaje”, señala un informe elaborado en enero de este año para el Congreso Nacional.
En Chile ya se realizan interesantes proyecto en esa línea. La empresa Solek, una compañía de origen checo pionera en uso de energías renovables, está reutilizando el aluminio y cobre de sus paneles solares e impulsa un proyecto piloto para recuperar el vidrio, lo que aumentará los porcentajes de reciclabilidad en nuestro país.
Para ello generó una alianza con Degraf, uno de los principales gestores de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, con el objetivo de aumentar los porcentajes de reciclabilidad de la industria, despachando durante este año 8,6 toneladas de módulos fotovoltaicos para ser valorizados ambientalmente, recuperando equipos, partes y materiales que lo componen, como el aluminio y los cables de cobre.
“Nos estamos adelantando a la norma, aplicando la tecnología disponible para reutilizar la mayor cantidad de materias primas que se disponen como basura en rellenos sanitarios, y que actualmente revalorizamos para fabricar nuevos productos”, sostiene Stephanie Crichton, Chief Commercial Officer (CCO) de Solek Chile.
“Dado el aumento en la generación de paneles fotovoltaicos fuera de uso, el trabajo que estamos haciendo con Solek es muy importante, porque nos permite ir desarrollando la experiencia y la tecnología necesaria para enfrentar el futuro de una industria tan estratégica y relevante como esta”, agrega Gabriela Pérez, gerente general de Degraf.
De esta manera, se busca descomprimir la problemática de la acumulación de residuos fotovoltaicos, que actualmente están siendo desechados principalmente por fallas técnicas. El primer panel solar instalado en Chile data de 2012, por lo que recién debiese estar en desuso en 2037 aproximadamente.