Para los expertos, se puede avanzar en esfuerzos particulares, pero obviamente no es ahí donde tienen que estar las prioridades.
Por: Redacción EDI
En medio de la pandemia de COVID-19, el uso de la bicicleta se ha consolidado como una alternativa segura y sostenible para desplazarse en las ciudades chilenas. Con un aumento significativo en la cantidad de ciclistas en las calles, Chile ha experimentado una verdadera revolución en cuanto a la movilidad urbana.
Según datos recopilados por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, se estima que más del 20% de los desplazamientos diarios en las principales ciudades chilenas se realizan en bicicleta. Esta cifra representa un incremento del 10% con respecto al año anterior, evidenciando el creciente interés de la población por este medio de transporte sostenible.
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“La bicicleta se ha convertido en una opción cada vez más popular entre los chilenos, no solo por su impacto positivo en el medio ambiente, sino también por los beneficios para la salud y el bienestar personal”, señaló el Ministro de Transportes, destacando la importancia de promover políticas públicas que fomenten el uso de la bicicleta como parte integral de un sistema de movilidad inclusivo y eficiente.
En respuesta a esta tendencia, diversas municipalidades han implementado medidas para mejorar la infraestructura ciclista en las ciudades, incluyendo la construcción de ciclovías segregadas, estacionamientos para bicicletas y programas de educación vial para ciclistas y conductores.
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Con un panorama alentador para el uso de la bicicleta en Chile, se espera que esta tendencia continúe en crecimiento, contribuyendo a una movilidad más sustentable, saludable y amigable con el entorno urbano.
“Yo creo que son esfuerzos más bien aislados, o sea, seguimos teniendo principalmente construcciones de ciclovía por esfuerzos en las municipalidades, y te genera varios problemas. El primero y más obvio es que no todas las municipalidades tienen los mismos recursos, y por lo tanto la cantidad de ciclovía y el estándar es distinta dependiendo de la municipalidad”, señaló Franco Basso, doctor en transporte y académico de la Escuela de Ingeniería Industrial de la PUCV.
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Otro aspecto que considera Basso se refiere a que, “el ámbito de acción de la municipalidad es obviamente local. No tiene por qué tener una visión de sistema, una visión global de ciudad, como es lo que uno necesita para un sistema de ciclovía masivo, y, por lo tanto, no se ha logrado, codiseñar un plan maestro en el cual se saque a las municipalidades y sea, por ejemplo, el gobierno regional que administre”.
“Se han hecho bastos esfuerzos, y aun así el porcentaje de viajes que se realiza en bicicleta no ha aumentado todo lo que se esperaba. La última encuesta de origen destino, que es la última en la cual hay datos oficiales, que es súper antigua, del año 2012, indicaba en esa época que había un 4% de viajes que se habían realizado en bicicleta”, sentencia el investigador.
Los últimos datos realizados por distintas universidades, por ejemplo, la Universidad de Chile hizo un estudio con el centro de microdatos, llegó a valores similares después de más de 10, 15 años. Entonces, pensar que la bicicleta va a ser como la gran solución al problema de la movilidad es algo que no va a ocurrir en una ciudad como Argentina.
Se puede avanzar en esfuerzos particulares, pero obviamente no es ahí donde tienen que estar las prioridades.
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