Este innovador concepto permite a los inversionistas adquirir una o más habitaciones de un hotel, convirtiéndose en socios del negocio y obtener ingresos de los distintos servicios del rubro.
Por Leonardo Núñez
En un país acostumbrado a la inestabilidad de su economía, los inversionistas minoritarios de Argentina han encontrado una nueva forma de participar del sector inmobiliario. Están apostando a los Condo-Hoteles, una tendencia que consiste en la compra de una o más habitaciones de hotel para beneficiarse de los ingresos que deja el turismos y convertirse en socios permanentes del rubro del hospedaje.
“Esta modalidad se diferencia notablemente de los tradicionales tiempos compartidos, ofreciendo una propiedad tangible y la posibilidad de participar en las ganancias del hotel”, señala el portal Misiones que analizó los movimientos de este tipo de inversión.
Miguel Isanbizaga, administrador del fideicomiso hotelero Puerto Iguazú, explicó que los condo-hoteles ofrecen una solución para aquellos pequeños inversionistas que desean participar en el negocio hotelero sin tener que realizar inversiones multimillonarias.
“Estamos hablando de una inversión de entre 12 y 18 millones de dólares que puede ser accesible gracias al aporte de pequeños inversionistas”, señaló. A diferencia de los tiempos compartidos, en los condo-hoteles, los inversionistas obtienen un título de propiedad de una habitación, convirtiéndose en accionistas del hotel y participando en las ganancias generadas por la operación del mismo.
Uno de los principales atractivos de los condo-hoteles es la rentabilidad. En zonas turísticas de alta demanda, como Puerto Iguazú, la inversión en una habitación de hotel puede generar ingresos significativos. Incluso, agrega “La Nación”, micro-inversores se ha unido para comprar entre todos una habitación de hotel y así no quedar fuera del negocio.
“El turismo en Puerto Iguazú está creciendo a ritmo acelerado, y se estima que esta tendencia se mantendrá durante los próximos 30 años”, destacó Isanbizaga. Esto se debe a que son varios los incentivos: los inversionistas no solo participan en las ganancias por el alojamiento, sino también de los ingresos generados por alimentos, bebidas, estacionamientos y otros servicios del hospedaje.
Lo interesante del negocio es que la renta no está condicionada a que el dormitorio esté ocupado o no, sino que se parte de la ocupación total del hotel y se dividen los ingresos en forma proporcional a la inversión que cada uno hizo. Además, el dinero que ganan los que apuestan por este mercado incluye el uso de las habitaciones, pero también de todos los servicios del hotel, como los consumos en el spa, el restaurante, el parking, entre otros.
“Se trata de un producto de inversión que permite ser dueño de un hotel, con rentas que van del 7% al 12% anual, es decir, dos a tres veces lo que sería el ladrillo tradicional”, explicó Ramiro Alem, CEO y cofundador de Invertur Realty, una comercializadora especializada en Real Estate Turístico.
En este modelo de negocio el inversor no necesita ocuparse de la administración, de estar pendiente de entregar la llave al inquilino o de mantener el departamento en condiciones, sino que “simplemente recibe una transferencia”. El hotel es operado por un grupo administrativo y cuenta con una marca hotelera detrás, nacional o internacional que respalda la actividad, concluye La Nación.