
Por: Astrid Pinto Muñoz, Business Developer de Control de Acceso; Comunidad Feliz.
En un mundo donde la seguridad es una necesidad prioritaria, los condominios deben adaptarse a nuevos desafíos. No basta con instalar cámaras o contratar vigilancia; la sensación de seguridad de los residentes es clave para la calidad de vida en comunidad.
En Chile, la percepción de inseguridad ha aumentado. Según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana, la mayoría cree que los delitos van en alza, lo que influye en la elección de vivienda y en las medidas adoptadas para protegerse, esta inquietud no es exclusiva del país. A nivel global, la sensación de peligro es un tema recurrente.
La seguridad en condominios no depende solo de la tecnología o el diseño arquitectónico, sino también, de la organización y participación activa de los residentes. Un conjunto de medidas bien coordinadas hace la diferencia entre una comunidad que se siente protegida y otra que vive con temor.
Es por eso que la implementación de accesos controlados, identificación biométrica y TAGs vehiculares, ha demostrado ser efectiva para restringir el ingreso de personas no autorizadas. Aumentando la sensación de seguridad entre los residentes.
Más allá de la infraestructura, el factor humano es crucial. La comunicación entre vecinos y la generación de redes de apoyo fortalecen la seguridad. La creación de comités de seguridad y la capacitación en prevención del delito son acciones clave para construir una comunidad más protegida.
Asimismo, el rol de la administración es determinante. Un condominio bien gestionado debe establecer protocolos claros para emergencias, promover buenas prácticas en seguridad y educar a los residentes en prevención y en el correcto uso de las tecnologías de control de acceso.
En definitiva, es fundamental entender que la seguridad no es un gasto, sino una inversión en tranquilidad. En este contexto, la tecnología juega un papel clave. Los avances en reconocimiento facial, automatización de accesos y plataformas de gestión optimizan recursos y mejoran la experiencia de los residentes.
De igual forma, la tecnología es solo una herramienta; si no se utiliza correctamente, no se alcanza el 100% de sus ventajas ante la delincuencia, por eso, la implementación de rondas periódicas y el uso eficiente de herramientas tecnológicas pueden mejorar la respuesta ante incidentes.
Las aplicaciones móviles para reportar incidencias y recibir alertas han demostrado ser herramientas eficaces en varias comunidades. La sensación de seguridad es clave para que una comunidad prospere. Si bien, ningún sistema es infalible, la combinación de tecnología, organización vecinal y gestión eficiente, reduce riesgos y mejora la calidad de vida.