Por: Pabla Ortúzar, vicepresidenta del Consejo de Construcción Industrializada y arquitecta socia de Archiplan.
Durante tres días, Chile fue escenario de un despliegue sin precedentes en torno a la construcción industrializada. Más de 100 expertos nacionales e internacionales, junto a miles de asistentes en Santiago y 14 ciudades del país, se reunieron en el EICI 2025, confirmando que la industrialización no es una promesa, sino una realidad que está transformando nuestra manera de construir.
El diagnóstico fue claro: llevamos tres décadas de estancamiento en productividad. En paralelo, enfrentamos un déficit habitacional que exige soluciones más rápidas, seguras y sostenibles. La industrialización es la hoja de ruta para enfrentar estos desafíos, con un enfoque que combina innovación tecnológica, sustentabilidad y colaboración entre Estado, academia y sector privado.
Vimos cómo empresas chilenas ya están entregando soluciones concretas. Desde viviendas sociales que montan su estructura en un día en el norte, hasta proyectos en madera que responden a climas extremos en el sur, o edificios modulares de hormigón como Momentum, único en Latinoamérica, montado en apenas 48 horas. Estas experiencias muestran que la industrialización es más rápida, económica, precisa y de mayor calidad que la construcción tradicional.
El EICI 2025 también abrió espacio a la academia y la innovación. Universidades y centros de investigación presentaron estudios y prototipos que anticipan el futuro de la construcción. En paralelo, las visitas a plantas, obras y al Parque de Innovación CTEC demostraron que el ecosistema industrializado está vivo, avanzando y generando aprendizajes que permiten escalar modelos a nivel nacional.
Uno de los grandes logros de esta edición fue la descentralización. Por primera vez, la construcción industrializada llegó simultáneamente a Arica, Iquique, Antofagasta, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción, Temuco, Puerto Montt, Puerto Varas, Punta Arenas y Santiago. Profesionales, estudiantes y comunidades pudieron ver en terreno cómo este modelo se adapta a distintas realidades territoriales, demostrando que la innovación no es solo para la capital, sino para todo Chile.
Al cerrar este encuentro, queda una convicción: la industrialización es presente y es urgente. Si queremos un sector más productivo, capaz de reducir residuos, mejorar la seguridad y entregar viviendas de calidad e infraestructura en menos tiempo, debemos seguir trabajando juntos, porque si algo quedó claro en este EICI, es que para avanzar en la industria debemos hacerlo de forma colaborativa y trabajando integrados de manera temprana. El CCI no para, y tampoco deben parar los esfuerzos colectivos por transformar la industria.
Hoy tenemos la oportunidad de liderar en Latinoamérica con un modelo constructivo que mejora la calidad de vida de las personas y cuida nuestro entorno. El desafío es grande, pero el camino ya está trazado.
