La reciente aprobación de la reforma legal de 40 horas a luces de los especialistas, traerá importantes mejoras en diferentes sectores, no así en el rubro inmobiliario.
Por: Renato Herrera Lagos
La reciente aprobada reforma legal de 40 horas, establece una reducción paulatina de la jornada laboral que podría generar un fuerte impacto de costos en algunos sectores, entre estos el inmobiliario.
En ese orden, Juan Pablo Amenabar, gerente del área de Multifamily y HTL de Colliers, comenta que el sector de hotelería y de servicios similares donde la atención al cliente es esencial, por lo que “la reforma laboral ha generado preocupación en las empresas de servicio por la posible reducción en la calidad de la atención o alzas de tarifas. Uno de los desafíos del sector será mantener el estándar sin incurrir en mayores costos que puedan afectar su competitividad o ser traspasados a los clientes”.
Tras antecedentes de la consultora, a pesar de que la reducción de horas de trabajo será aplicada en forma paulatina con un límite máximo de 5 años, el consiguiente aumento en el costo se convierte en un desafío importante para las empresas de menor tamaño, ya que no cuentan con un margen financiero muy hígado como para poder sopesar y adaptarse.
Francisco Keil, gerente general grupo inmobiliario Viva, indica que “el impacto que tendrá la reducción a 40 horas semanales no se dimensiona, pues son muchas las que tendrán efectos negativos. Estimamos que cuando la reforma entre en régimen implica un aumento de más de 20% en el costo de personal para la industria de la hotelería, renta residencial y renta de adulto mayor, si se opta por mantener la dotación”.
Asimismo y sumando a la proyección de los especialistas el iva de los servicios empresariales, con mayores contribuciones y la sobre tasa que impactará en forma relevante en los valores del mediano plazo, serán las empresas de mayor tamaño, las que puedan tener una mayor capacidad de adaptación y de absorción de costos para enfrentar de mejor manera esta transición, quizás, mediante el uso de tecnologías que les permitan ser más eficientes en sus procesos y operaciones, con el fin de que eventualmente, puedan reducir algunas posiciones para ajustar sus costos.
Ante la mirada sobre la adaptación de las grandes empresas, Keil enfatiza: “No me cabe duda, pero el problema es que las grandes empresas representan solo, poco menos del 5% a nivel nacional, mientras el resto son pymes y mipymes. Las pymes y mipymes tendrán que pagar más por personal, para cubrir las horas de trabajo o deberán abrir sus negocios menos horas, reduciendo así sus ventas. Finalmente, todo se traspasará a precio y mayor inflación”.
Por su parte Álvaro Acosta, director de Finanzas Corporativas de Open BBK, señaló que el gran tema acá ese el sobrecosto involucrado que no existía antes, este elemento puede desencadenar una disminución de la demanda por el alza de precios que el servicio puede sufrir, consecuente con esto un incremento en los costos al considerar otro elemento adicional como el nuevo monto mínimo de sueldo y todos los nuevos impuestos relacionados al comercio en general, que ha impulsado sin éxito, gracias a Dios, el Gobierno en la reforma tributaria.
“En términos preliminares y de forma interna en el sector, se pronostica una caída de al menos un 9% en los márgenes de explotación de la operación hotelera y un poco más bajo en la operación del Multifamily, porque además tenemos el problema constante y latente del aumento del IPC, esto último obliga en muchos casos de estrategia de precios o Revenue a nominalizar los precios en UF, es decir, no aprovechar la captación del beneficio del aumento de la UF con respecto al precio en pesos”, estableció.
Sobre las estimaciones de aumentos o disminución de inversión en este tipo de sectores, el ejecutivo de Open BBK advierte que “cada vez que aumentan las barreras de dinamismo en algún sector de la economía se reduce el movimiento económico en esa área, sin ir más lejos, es cosa de mirar países como Uruguay en donde la actividad hotelera junto con otras actividades económicas, ha tenido un alza de casi un 50% en comparación con períodos en donde existían impuestos gravando con dureza el sector hotelero y de arriendos”.
“Siempre que un gobierno, generalmente ligado a sectores de izquierda, quiere gravar con nuevos impuestos o barreras de aumento de costos de operación un mercado en particular, el resultado es una baja en la actividad económica de ese sector. Y esto se explica, el porqué estas acciones de incremento de costos de operación o de incremento de impuestos, no es acompañada de otras acciones de apunten a compensar el sobrecosto de la operación o disminución del margen con medidas paliativas para el sector económicos, como por ejemplo, medidas tributarias compensatorias”, asegura Acosta.
Para los expertos la mirada de los empresarios a la hora de contraer sueldos o puestos de trabajo, no es tal, ya que históricamente y mundialmente esto solo ha pasado en períodos de crisis muy profundas, como por ejemplo en la pandemia, la estrategia siempre se pensó en cómo salir ‘floating’ a estos nuevos escenarios.
Finalmente, Acosta indicó que “estas acciones siempre en primera instancia, generan un efecto de susto en estos mercados, pero los empresarios siempre han demostrado una capacidad adaptativa a cada escenario que toca jugar. El problema no es realmente en el corto plazo en donde se pueden ver algunas bajas en los puestos de trabajo, sino en el largo plazo donde los nichos de mercado pierden interés para los inversionistas, donde se evidencian menores rentabilidades o de frentón riesgo de operación”.
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