En un mercado inmobiliario cada vez más desafiante y dinámico, los brokers inmobiliarios han emergido como actores clave en la toma de decisiones para quienes buscan adquirir propiedades en Chile.
Un estudio reciente de Lidz.AI, una plataforma de inteligencia de datos centrada en el cliente inmobiliario, revela que más del 80% de los compradores recurren a asesoría especializada. Este dato subraya la creciente importancia de los brokers, no solo para facilitar cierres de ventas, sino también para orientar a los compradores en un proceso complejo y lleno de variables.
La investigación de Lidz.AI destaca una tendencia creciente en la búsqueda de asesoramiento inmobiliario, influenciada por factores macroeconómicos y sociales que dificultan el acceso a la vivienda. Según Cornelio Saavedra, CEO de Lidz.AI, “el acceso a la vivienda es un problema global” que, aunque parece local, afecta a países como Alemania, donde medidas drásticas como plebiscitos en Berlín buscan expropiar propiedades de grandes arrendadores.
En Chile, la situación refleja una paradoja evidente: un déficit habitacional superior a 650.000 viviendas frente a un stock sin vender de 100.000 unidades. Esto plantea una pregunta crucial: ¿cómo puede coexistir una alta demanda de viviendas con tantas propiedades desocupadas?
En este contexto, los brokers inmobiliarios se posicionan como un recurso esencial, ofreciendo la orientación necesaria para decisiones de compra que suelen representar compromisos financieros de hasta 40 años.
A diferencia de las inmobiliarias, que en ocasiones carecen de un contacto directo con el cliente, los brokers ofrecen un servicio más cercano y personalizado. Esto resulta especialmente valioso en el ámbito de inversión, donde el 87% de los compradores requiere orientación sobre cómo proceder más allá de las características del inmueble.
Barreras comunes como la falta de información clara o una asesoría inadecuada son algunos de los problemas que los brokers han sabido abordar, convirtiéndose en aliados estratégicos para los compradores.
El mercado inmobiliario chileno también ha sufrido los efectos de la inestabilidad económica global. Problemas como la incertidumbre jurídica, las restricciones al crédito y los impactos macroeconómicos del estallido social han creado una “tormenta perfecta” que dificulta aún más el acceso a la vivienda.
Ante estos desafíos, los brokers han adaptado sus estrategias, integrando herramientas digitales y redes sociales como Instagram y TikTok, que ahora concentran cerca del 70% de los cierres de ventas. Aunque este fenómeno fue impulsado inicialmente por la pandemia, parece haberse consolidado como una práctica habitual.
El auge de las herramientas digitales ha permitido a los brokers adaptarse rápidamente, pero también ha reducido las barreras de entrada al mercado, generando competencia y, en algunos casos, afectando la calidad del servicio. Mientras los brokers especializados en viviendas de inversión ofrecen procesos rápidos y digitalizados, aquellos que buscan atender a compradores de viviendas para habitar enfrentan un proceso más complejo, donde las salas de ventas aún tienen ventaja.
El rol de los brokers está en constante evolución. Muchos han comenzado a diversificar sus servicios hacia áreas como la administración de propiedades, el alquiler de corto plazo, la tokenización de activos inmobiliarios y la creación de redes de brokers. Estas innovaciones les permiten ampliar su influencia en el mercado, pero también obligan a las inmobiliarias a replantear sus estrategias para recuperar el control de la relación con los clientes.
El estudio de Lidz.AI confirma que los brokers inmobiliarios se han convertido en un aliado estratégico para los compradores, ayudándolos a navegar un proceso de compra cada vez más complicado. Su capacidad para ofrecer asesoría personalizada y aprovechar las tecnologías digitales ha sido clave para dinamizar el mercado.
En este escenario, las inmobiliarias deben adaptarse fortaleciendo su comunicación directa con los clientes y ofreciendo un acompañamiento integral en cada etapa del proceso de compra. La relación cercana, la transparencia y el soporte completo son esenciales para responder a las expectativas de los compradores y recuperar un rol protagónico en el mercado.