En edificios residenciales, los cargadores pueden instalarse en estacionamientos particulares y de visitas.
La comercialización de vehículos eléctricos fue un boom durante el año 2023, donde según datos de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), se vendieron 1.588 unidades de estos modelos, lo que reflejó un alza del 22,6% anual. De hecho durante enero y febrero se han comercializado 144 vehículos eléctricos, algo que ha incentivado a instalar la electromovilidad en el sector inmobiliario.
En ese sentido, Luciano Mallimo, gerente de Desarrollo de Negocios en Temob, comenta que la implementación de electromovilidad en el sector inmobiliario, “dependen principalmente de la instalación eléctrica para la alimentación de los puntos de carga, por lo que al momento de la implementación se busca la combinación óptima entre la menor distancia de los cargadores y el tablero de alimentación, junto con una ubicación visible y funcional para los usuarios.
Infraestructura de carga y el gran desafío de la electromovilidad
“La instalación de un cargador de 7,4 kW en un estacionamiento de visitas puede costar entre $3.000.000 – $4.500.000 aproximadamente”, agrega Mallimo.
En cuanto al funcionamiento de electromovilidad en los edificios residenciales, los cargadores pueden instalarse tanto en los estacionamientos particulares, donde el punto de carga se puede conectar al empalme (medidor) del departamento respectivo o a un empalme exclusivo para dicho cargador.
Mientras que los cargadores en estacionamientos de visitas para uso común, los puntos se pueden conectar al tablero de servicios comunes existente o también a un nuevo empalme exclusivo para la infraestructura de recarga.
Por su parte, Maximiliano Vega, Gerente comercial de Axionate Chile, comenta que la instalación de la electromovilidad “dependerá si es en edificios ya construidos o por construir, si es nuevo es mucho más simple dado que el diseño y la ingeniería se contemplan desde el momento cero”.
En tanto, el precio de carga en un edificio residencial se determina, “si el cargador es de uso compartido se debe establecer un precio de carga con el fin de cubrir al menos el costo de electricidad en que incurra el edificio. De esta manera el precio dependerá en gran medida de la opción tarifaria que tenga el edificio con la empresa de distribución local o con la empresa comercializadora si es cliente libre”, cierra Mallimo.
