
Con la llegada del calor y el mayor uso de patios y terrazas, las pérgolas bioclimáticas ganan terreno por su rápida instalación, su capacidad de regular luz y temperatura y, sobre todo, porque no requieren obras.
Por: Tomás Rodríguez Botto
Las altas temperaturas han impulsado la búsqueda de soluciones para hacer más habitables los espacios exteriores. En ese escenario, las pérgolas bioclimáticas se han consolidado como una alternativa práctica para sumar sombra y ventilación sin intervenciones permanentes.
Los consumidores están privilegiando intervenciones que mejoren el uso diario del exterior, dejando atrás las soluciones improvisadas y optando por estructuras que entregan sombra, control térmico y mayor versatilidad.
Según Kaltemp, empresa especializada en soluciones para exteriores y climatización pasiva, el interés por estas estructuras ha crecido entre familias que buscan mejorar su patio o terraza sin asumir costos de construcción.
“Muchos espacios exteriores aún dependen de sombrillas o techos improvisados. Pero el verano en Chile dejó de ser un fin de semana largo; hoy se vive a diario. Y ese uso constante exige soluciones reales de confort”, explica Manuel Eyzaguirre, gerente general de Kaltemp.
Estas pérgolas permiten regular la entrada de luz mediante láminas móviles y cuentan con cámaras internas que mejoran el aislamiento térmico. Su facilidad de montaje también es un factor clave.
“Se montan en alrededor de tres horas, no requieren obra gruesa y pueden desmontarse. Por eso son muy valoradas incluso por arrendatarios, que no pierden la inversión si cambian de hogar”, añade el ejecutivo.
Para Eyzaguirre, su expansión refleja un cambio más amplio en el uso del exterior.
“La diferencia frente a una construcción tradicional es evidente: menos costo fijo, más flexibilidad y un aprovechamiento real del espacio durante todo el año. En términos simples, se democratizó el living outdoor”, afirma.