Los cambios en el programa que dejó de ofrecer residencia a cambio de la compra de una propiedad, no ha detenido el interés de la inversión extranjera en el mercado portugés.
Por Leonardo Núñez
Para atraer inversiones y levantar su mercado inmobiliario, Portugal lanzó en el año 2012 el programa Golden Visa. Éste ofrecía a los extranjeros el derecho a vivir y trabajar en el país a cambio de la compra de una propiedad.
En ese momento, el precio promedio de venta del metro cuadrado en Lisboa, la capital, alcanzaba los 270 dólares. Por lo tanto, se esperaba que el programa estimulara el sector. Y lo hizo, pero de una manera más exitosa de lo esperado. En diciembre de 2023, los precios de venta habían subido a 445 dólares, un aumento del 65%, según una investigación de la agencia inmobiliaria Engel & Volkers.
Y ahora, el país enfrenta otro problema: la vivienda es tan cara, que los ciudadanos portugueses no puede acceder a ella y el descontento está generando problemas sociales y políticos y mucho malestar.
Frente a ello, el Gobierno portugués decidió modificar el programa Golden Visa, eliminando la inversión inmobiliaria como requisito para la residencia, dejando algunas excepciones: como las inversiones sobre 555 mil dólares en un fondo calificado o de capital de riesgo, la inversión empresarial o una donación caritativa de, al menos, sobre los 277 mil dólares.
Sin embargo, no ha dado resultados. El precio sigue al alza: en julio de 2024, el precio del metro cuadrado se situó en 478 dólares, un 7% más que en la medición de diciembre de 2023. ¿Qué lo explica? Según los agentes inmobiliarios locales, el mercado está más maduro y, en el caso de Lisboa, a los compradores internacionales les sigue atrayendo la calidad de vida de la ciudad, “sus excelentes restaurantes, playas cercanas e impresionantes casas históricas”.
“Los cambios drásticos en el programa Golden Visa no han impedido que la gente compre en Lisboa”, dijo Hugo Borges, gerente de ventas de Portugal Sotheby’s International Realty, a The Wall Street Journal. Los clientes de Francia, Brasil, Turquía, Suiza, América del Norte y el Reino Unido representan aproximadamente el 65% de sus ventas.
“No hemos visto una disminución en el número de personas que buscan casas. Lisboa es ahora un mercado maduro y sólido. Los precios no bajarán, solo subirán poco a poco”, concluyó.