En varias ciudades nortinas arquitectura, historia y turismo se fusionan, enriqueciendo nuestros viajes. Y hay playas turquesas que permiten una total desconexión.
Por Leonardo Nuñez
Como es tradicional, las vacaciones escolares de invierno se extenderán por dos semanas, entre el 24 de junio y el 8 de julio (salvo Aysén y Magallanes y Antártica Chilena, que tendrán un receso de invierno de tres semanas debido a las condiciones de sus territorios). La anticipación con que se conoce esta fecha permite, sobre todo a las familias con niños, programarse con tiempo para elegir panoramas que ayuden a descansar, aprender más sobre Chile y recargar energías.
En nuestra serie sobre destinos por conocer en estas fechas tan esperadas, esta vez nos enfocaremos en el norte chile, en cuyas ciudades arquitectura, historia y turismo se fusionan, enriqueciendo nuestros viajes. Los barrios patrimoniales de las ciudades más importantes preservan coloridas fachadas y diseños únicos que han resistido el paso del tiempo, partiendo por el casco histórico de Arica, en la Primera Región del país.
Con construcciones de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, el Casco Histórico de Arica permite a sus visitantes retroceder en el tiempo para entender cómo vivían los chilenos de antaño. “La Plaza Fundacional da cuenta de la época colonial, mientras que las angostas calles de los paseos 21 de Mayo y Bolognesi son vestigios de los primeros asentamientos de los conquistadores españoles”, se explica en el sitio web Chileestuyo.cl
Por ejemplo, una caminata permite conocer la conocida “manzana de Eiffel”, donde se ubican tres obras diseñadas en los talleres del reconocido arquitecto Gustavo Eiffel: el Edificio ExAduana (hoy Casa de la Cultura), la Gobernación Provincial de Arica y la Catedral San Marcos. El Mercado Central de la ciudad, en tanto, se remonta a 1878. Era esencial para que los habitantes de la naciente ciudad pudieran proveerse de víveres básicos. Es un deleite para quienes gustan de la historia.
Para los que aún no conocen el desierto chileno, hay que recordar que su fama a nivel mundial es tal que fue elegido como locación para la película “Quantum of Solace”, del mítico agente 007. Específicamente, el film se rodó en Antofagasta (Región de Atacama), en lugares como el Observatorio Paranal, ubicado en Tal Tal, que fue parte de escenas clave de esa trama, y también aparecieron en la película de acción la antigua estación de trenes de Baquedano y el pequeño puerto de Cobija, declarado Monumento Nacional.
Antofagasta, es un lugar ideal para hablar a los niños del desierto, la observación astronómica, trenes y cine. En la misma región, a 30 kilómetros de la ciudad de Caldera, se encuentra la Mina San José, famosa mundialmente porque el 13 de octubre de 2010 se gestó el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en su interior.
Y aunque hoy está clausurada, es parte de un circuito turístico. En el lugar, se encuentran diversos hitos que hacen referencia a la tragedia y el posterior rescate, como las sondas utilizadas y lugares donde se desarrollaron los planes de rescate. Incluso, uno de los 33 mineros es el encargado de acompañar a los visitantes para contarles, en primera persona, los hechos ocurridos durante la tragedia.
Si te gusta la aventura y el deporte, otra opción es deslizarse por el mar de dunas de Copiapó, conformado por 335 kilómetros de arenas acumuladas por la fuerza del viento. El espectáculo es único.
Odila Flores, emprendedora especializada en hoteles y viajes, señala a “El Diario Inmobiliario” que, sin duda, conocer el norte de Chile, además de su rica historia patrimonial, también permite una profunda conexión con la naturaleza .
“Visitar su playas y parques nacionales, es una experiencia única. Ver un atardecer en un parque nacional del norte es todo un espectáculo”, sostiene Odila, quien ha registrado sus viajes y estadías en hoteles en su cuenta de Instagram, donde también comparte muchos datos.
“Yo he tenido la posibilidad de ir a Playa La Virgen, está muy cerca de Copiapó. Tomas un avión desde Santiago directo a Copiapó. Te puedes quedar tanto en Bahía Inglesa como en Caldera. Y tomar un tour por el día para visitar varios lugares de la zona, como el Pan de Azúcar, el desierto o quedarte en playas solitarios disfrutando de aguas turquesas, con un paisaje que es bien único en comparación a otras playas de nuestro país”, concluye la viajera.
