“Si bien hoy no existe accesibilidad en un ciento por ciento en todos los edificios de Chile, se ha ido trabajando de forma paulatina en mejorar las condiciones de accesibilidad”, señala Daniel Concha Gamboa, Director Nacional del Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS).
Ya van siete años transcurridos desde que se publicó el Decreto 50 que modificó la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones adecuándose a la Ley 20.422 (que establece Normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad). En ese sentido esta norma exige que tanto edificios como espacio público cuenten con un diseño universal, huella podotáctil y una ruta accesible.
Es por eso, que cabe hacerse la pregunta si es que realmente ¿está implementada la accesibilidad universal en los edificios de nuestro país?,
“Los edificios y condominios deben cumplir con lo estipulado en el decreto, para hacerlos espacios accesibles, no obstante, decir con seguridad si está o no implementada la accesibilidad universal en estos espacios, es difícil de transmitir. Depende muchísimo de la planificación de la constructora y posteriores acciones de la administración y comité, por ejemplo, muchos edificios tienen rampas de ingreso, pero les falta mantenimiento. No obstante, a las rampas normalmente les falta mantenimiento o barandas de apoyo, las puertas de acceso no son lo suficientemente anchas como para que pase una persona en silla de ruedas”, señala, Valeria Morillo, Encargada de Contenidos y vocera de Comunidad Feliz.
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Para Daniel Concha Gamboa, Director Nacional de SENADIS, comenta que, “no existe accesibilidad en un ciento por ciento en todos los edificios de Chile, se ha ido trabajando de forma paulatina en mejorar las condiciones de accesibilidad. No es fácil abordar la accesibilidad en la infraestructura, requiere planificación y recursos. Pero sin duda han existido avances a lo largo de los años. Se ha ido instaurando poco a poco en la mentalidad de todas las personas la importancia de la accesibilidad, en cuanto a esto, se ha visto a lo largo de los años un cambio actitudinal significativo, siempre podría ser más, pero no se puede desmerecer todo el trabajo que se ha desarrollado en materia de infraestructura a nivel nacional.
Erespecto a los obstáculos que se encuentran en los edificios residenciales, estos pueden ser arreglados e implementados por los mismos residentes del edificio, “hay modificaciones menores y más viables que se pueden hacer con la autorización en una asamblea extraordinaria, y en ese caso, el obstáculo sería lograr el quórum y que cierto porcentaje de la comunidad esté de acuerdo con incurrir en estas modificaciones, que se verán reflejadas en un aumento leve de sus gastos comunes, en este caso, se apela mucho a la solidaridad”, agrega Morillo.
En ese orden, Concha, remarca el punto de que todo comienza con la cadena de accesibilidad, en cómo se conectan los edificios, “los bienes y servicios, este conjunto de elementos que en el proceso de interacción con el usuario permita su uso de forma autónoma, fácil y sin interrupciones. Este enfoque va orientado a la ruta accesible, pensar todos los espacios, desde una vereda, un paradero, la puerta de acceso, etc., todo está conectado, si un elemento falla se pierde la cadena y, por tanto, si una oficina es accesible no va a importar mucho si no se puede acceder o llegar a ella”.
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Además, agrega que, en el caso de los edificios que están construidos, la tarea es abordar esas modificaciones con planes acorde la necesidad de cada infraestructura, con una mirada aspiracional, pero también con una mirada aterrorizada pensando en distintas etapas para resolver cada desafío. Pensar sobre todo que pequeñas modificaciones pueden significar grandes cambios y un aporte muy importante para la sociedad, para todas las personas”.
Por otra parte, desde el año 2017 existe el Programa de Accesibilidad a Instituciones Públicas, impulsada por el SENADIS, que tiene por objetivo asesorar y entregar insumos técnicos para el desarrollo de la accesibilidad universal de los servicios públicos; promocionar y capacitar a funcionarios públicos por medio de cursos en línea de diversas temáticas e innovaciones sobre la accesibilidad universal e inclusión de personas con discapacidad, a fin de fortalecer técnicamente y concientizar a los equipos de los servicios públicos en estas materias.
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A la fecha, a través del Programa, se han evaluado 615 edificaciones públicas contando entre ellas algunos centros cívicos. Se han elaborado 270 informes de accesibilidad web para sitios de las instituciones públicas. Se han capacitado más de 3.000 funcionarios y funcionarias públicas en materias de accesibilidad universal e inclusión de personas con discapacidad en formatos presenciales y cursos en línea.
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