De cara a las presidenciales y las propuestas para la cartera habitacional, es importante levantar ciertas alarmas respecto a la sensación de suficiencia del administrativo, ya que si bien es cierto que el subsidio a la tasa de interés vino a mermar un ecosistema alicaído, hay muchas maneras de ver cómo potenciar mecanismos de apoyo y de reactivación para un sector que repercute en varios ámbitos.

Y es que no hay duda que la implementación de un subsidio a la tasa de interés hipotecaria, que ha buscado reducir el costo del crédito y aumentar la demanda de viviendas, fue un acierto. Sin embargo, los subsidios no son suficientes para compensar la alta inflación actual, se necesitan otras acciones gubernamentales para abordar los problemas estructurales del sector.

Por ejemplo, entre las limitaciones y necesidades, se puede incluir en la discusión la reincorporación del Crédito Especial de Construcción (CEC), como una herramienta útil para financiar proyectos inmobiliarios y reactivar el sector, con el fin de reducir la carga de los costos para los inversionistas y agilizar los procesos administrativos. Acciones que están dirigidas tanto a compradores como a desarrolladores, deben ir de la mano

Igualmente importante es no olvidar, las ordenanzas que aumentan las boletas de garantías de las pequeñas y medianas empresas, puesto que estas son una claro obstáculo para el acceso al crédito y la reactivación del sector. Las PyMEs no logran cubrir el aumento significativo de la empresa, no obtienen financiamiento suficiente y les impacta en la liquidez, dificultándoles la participación en licitaciones públicas. Es necesario revisar y ajustar estas ordenanzas para facilitar el acceso al crédito.

Y una vez más, es inevitable no mencionar los problemas de permisología y burocracia, porque siguen retrasando y encareciendo los proyectos inmobiliarios, por lo que es urgente que el siguiente Gobierno pueda dimensionar la importancia que tiene la posibilidad de agilizar y simplificar los procesos de permisos y aprobaciones, para facilitar la ejecución de proyectos.

Si empalmamos todos estos recursos, el impacto podría verse en un plazo no tan lejano en la reactivación del mercado inmobiliario y en la economía de Chile, generando empleo y actividad económica; también se verían beneficiadas las familias que buscan adquirir una vivienda, reduciendo el costo del crédito y aumentando la accesibilidad, y evidentemente; en la reactivación del sector,  ya que además se generaría el desarrollo de infraestructura pública y privada, mejorando la calidad de vida de los habitantes en nuestro país.