Por: Patricio Toledo, Technical & Execution Director Arcadis Chile & Perú.
La transición energética juega un rol fundamental en diferentes áreas, pero en áreas como la minería viene, hoy por hoy, a generar una factor determinante para poder avanzar o no, en el rubro. ¿Cuál es el motivo?: debe contribuir a la descarbonización para empalmarse con los desafíos estratégicos de cara a la crisis climática y el incremento global de las temperaturas.
No es secreto que el mundo como lo conocemos ya no se sostiene y la minería, como la actividad económica principal de todos los tiempos en nuestro país y en buena parte de Latinoamérica, entendiéndola como el proceso de extraer y procesar minerales para obtener algún producto comercial, debe consolidar operaciones de menor impacto ambiental y optimizar sus procesos productivos para hacer frente a la creciente demanda de minerales que serán utilizados en procesos industriales como el transporte o la agricultura.
Se estima que la demanda de cobre aumentará en 12,6 millones de toneladas de 2020 a 2040; mientras que la de litio se multiplicará por 13 en el mismo período. Empero, como sector no podemos olvidar que esta actividad es altamente contaminante del agua y del aire, así como afecta los terrenos y los ecosistemas.
Por lo mismo es que la principal actividad económica de Chile debe disponer de elementos que son esenciales para la producción de baterías utilizadas en vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
De hecho, un reciente informe de la CEPAL destaca que la descarbonización supone una oportunidad de desarrollo para América Latina, que posee el 56% de las reservas mundiales, y no solo en términos de una mayor recaudación fiscal o por importaciones, sino también, por el desarrollo de nuevas capacidades e infraestructuras en sus industrias estratégicas.
La urgencia por incrementar la producción de minerales pone al sector en una posición interesante para impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico, a fin de consolidar prácticas más sostenibles y eficientes.
Esto explica por qué las empresas mineras están invirtiendo en la adopción y el diseño de nuevas tecnologías para reducir su huella ambiental y mejorar la eficiencia en la extracción y procesamiento de minerales.
La optimización y desarrollo de soluciones de eficiencia de energía y recursos hídricos contribuyen a la mitigación del impacto ambiental de la extracción de minerales y al avance hacia un modelo energético sostenible.
