Siniestro en el famoso Estado norteamericano agudizará la crisis del mercado de seguros, tensionada por alza de costos y menores coberturas como consecuencia de los desastres naturales y el cambio climático.
Por Leonardo Núñez
El incendio forestal aún sin control que afecta a Los Ángeles, en el Estado de California, se ha convertido en el más destructivo de la historia de esta ciudad de Estados Unidos, famosa por sus barrios residenciales de lujo y mansiones habitadas por estrellas de cine.
Ya se contabilizan más de 1.000 estructuras quemadas (incluyendo edificios y viviendas). Sólo los daños en el exclusivo barrio de Pacific Palisades han superado significativamente los causados por el incendio de Sayre en noviembre de 2008, que hasta ahora era considerado el más destructivo en la historia reciente de la ciudad.
Las empresas de seguro, producto de las coberturas contratadas por sus clientes –entre ellos muchos millonarios con costosas mansiones–, enfrentarán pérdidas por hasta US$ 10.000 millones, de acuerdo al balance preliminar de los analistas de este mercado, como JPMorgan (en el terremoto y tsunami de Chile de 2010 las aseguradoras pagaron US$ 4.000 millones).
La agencia de calificación Moody’s, en la misma línea, señaló que “esperaría que las pérdidas aseguradas asciendan a miles de millones de dólares dado el alto valor de las viviendas y los negocios en las áreas afectadas”. Allstate, Travelers y Chubb se encuentran entre las aseguradoras más expuestas del estado. Chubb, por ejemplo, se especializa en las propiedades de alto valor neto.
Este nuevo desastre natural no hará más que seguir tensionado el mercado de los seguros habitacionales. Recientemente, un reporte del Comité de Presupuesto del Senado federal de Estados Unidos concluyó que “la crisis de los seguros de propietarios de viviendas podría desencadenar un colapso del mercado inmobiliario incluso peor que el de 2008, si no se toman medidas urgentes”.
Ante ello, los expertos que trabajaron en el análisis también hicieron un llamado a los congresistas a actuar con prontitud para evitar tal escenario de inestabilidad como el ocurrido con la crisis Subprime, de la cual la economía mundial sigue resintiendo sus efectos.
Allstate y State Farm se encuentran entre las aseguradoras que recientemente dejaron de vender pólizas de seguro de vivienda nuevas en el estado, responsabilizando de ello a las regulaciones del sector y los aumentos de precios que hicieron cada vez más difícil cubrir las pérdidas. Las aseguradoras también han dejado de contratar a clientes en las áreas de mayor riesgo, señala Financial Times.
El año pasado, State Farm anunció que no renovaría las pólizas de 72.000 casas y apartamentos en el estado, incluido el 69 por ciento de los planes de seguro en la exclusiva zona de Pacific Palisades, justamente envuelta por los últimos incendios forestales.
La expansión de nuevos proyectos inmobiliarios hacia zonas propensas a incendios y áreas forestales que rodean las principales ciudades también ha impulsado el aumento de las pérdidas aseguradas, junto con el aumento de los valores de las viviendas. El efecto en el mercado de seguros es seguido con atención por analistas de distintos países, también cada vez más afectados por los desastres naturales, como ocurre con Chile.