Desde el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica, tres académicos ratifican las bondades y predilección de los mayores de 60 años por continuar con su cuarta edad frente al mar.
Por: Renato Herrera Lagos
La nueva tendencia indica que personas mayores de 60 años buscan destinos costeros como los predilectos para continuar con su vida, jubilados o no, tienen las expectativas puestas en las bondades que estos sectores conllevan.
“Envejecer en la playa: La emergente migración de personas mayores hacia el Litoral Central de Chile (1987-2017)”, es el nombre del estudio dónde el académico Giovanni Vecchio, junto a Bryan Castillo y Stefan Steiniger, investigadores del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), desmenuzan las bondades de esta nueva rutina.
En el artículo, publicado originalmente en la Revista AUS de la Universidad Austral de Chile, se analizaron cerca de 10 comunas costeras, todas pertenecientes al litoral central, siendo corroborados además los datos censales entre 1992 y 2017, donde se consideraron un rango etario de personas mayores de 60 años.
Los resultados fueron clarificadores y hablan de que las personas mayores emigraron en un total de 102.206, separado por 18.788 en el primer censo (1992); 28.833 en (20202) y 54.585 en 2017. Respecto a los datos, el informe plantea que “en cada censo se incluye una pregunta sobre el municipio de residencia cinco años antes de la encuesta. Los datos disponibles permiten, por lo tanto, explorar la movilidad residencial de las personas mayores en un período comprendido entre 1987 y 2017”.
Asimismo, el estudio planteó la conjetura que “la migración de las personas mayores hacia la costa ocurre, pero su condición socioeconómica termina determinando tanto la intensidad de la participación de diferentes grupos en el fenómeno como los lugares de destino. Permitir identificar dónde la migración de personas mayores podría generar nuevas brechas sociales, y adicionalmente, detectar aquellos ámbitos donde surgen nuevas demandas de infraestructura y servicios en el Litoral Central de Chile”.
Toda esa última información, enmarcada en el contexto que en 2020, cerca del 11,9% de la población chilena tenía más de 60 años, lo que de acuerdo a estimaciones, llegaría a un 33% en 2050.
Respecto a las conclusiones del trabajo investigativo, el informe plantea que, considerando el caso del Litoral Central, la migración de las personas mayores que pensaron en radicarse en sectores costeros, también ocurre en “Chile, país del Sur global”, que envejece rápidamente.
Asimismo, se plantea que como se observó en el período 1987-2017, la población mayor de las 10 comunas costeras estudiadas experimentó un fuerte crecimiento, que de hecho es mucho más intenso que el aumento de su población en general. Durante ese mismo período, una parte importante de las personas mayores se trasladó de otros municipios a estas localidades.
“Esto se observa de forma constante en las 10 comunas costeras, si bien en algunas más que en otras. La mayoría de las personas mayores que se trasladan a la costa procede de la capital, Santiago, mostrando así una alta movilidad residencial a escala interregional”
“La condición socioeconómica de las personas mayores emerge como una característica importante en el análisis, ya que aquellas que provienen de comunas acomodadas de Santiago participan del fenómeno en mayor proporción y se trasladan preferentemente a comunas distintas de aquellas que eligen los habitantes de otras zonas de la capital”, sentencia el estudio.
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