Es una figura legal mediante la cual el o los propietarios de un bien inmueble o de proyectos inmobiliarios, entregan a un tercero independiente bajo el establecimiento de un sistema fiduciario.
El fideicomiso inmobiliario es un contrato donde los dueños de una propiedad y/o de proyectos inmobiliarios, entregan a un tercero independiente bajo el establecimiento de un sistema fiduciario. Es decir, la designación de un encargado de transmitir la herencia a otra persona o invertirla del modo en el que se le indica, la administración de dichos activos para lograr mayor rentabilidad. Esta figura se entiende como un “mandato de confianza”.
En términos simples, en la práctica el fideicomiso es un contrato solemne en donde el propietario de un bien raíz le entrega a un fiduciario -que puede ser una institución financiera o un independiente – la administración y gestión de su inmueble a cambio de que se obligue a distribuir entre los inversionistas o aportantes, el retorno generados por el patrimonio.
En cuánto al funcionamiento en nuestro país, Nicolás Urbina, fiscal de Exxacon inmobiliaria, señala que “la mecánica más conocida en Chile es más bien indirecta, a través de la participación en los llamados Fideicomisos de Inversión Inmobiliaria, tanto en aquellos que cotizan en Bolsa como los que tienen el carácter de privados”.
Este representante tiene la labor de generar un extenso portafolio de bienes inmuebles, los que pueden ser desde edificios, condominios residenciales o habitacionales, hasta edificios comerciales y de oficinas, centros comerciales y hoteles. “En este tipo de fideicomisos distintas personas adquieren parte de dicho instrumento financiero, sin adquirir directamente la propiedad, pero sí obteniendo derechos sobre los ingresos generados por la misma” asegura Urbina.
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En lo que respecta al proceso de comprar una propiedad mediante este fideicomiso, se utiliza mayormente a través de Fondos de Inversión Inmobiliaria, tanto de carácter público como privado, donde adquieren cuotas o también partes, las cuales están reglamentadas y tiene plazos, objetivos y mecanismos de distribución de ganancias.
Por último, es importante reconocer las limitaciones que tiene: “en general guardan relación con aquellas que disponga el fideicomiso como tal. Por ejemplo, la imposibilidad de retirarse con anticipación al cumplimiento de un plazo estipulado, lo que podría afectar la disposición de los aportes”, concluye el fiscal de Exxacon.
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