Este innovador método promueve la sostenibilidad, agiliza los tiempos de ejecución de los proyectos y permite personalizar el diseño de la obra.
Según el sitio Cemex Ventures, la impresión 3D es un método tecnológico que se ha usado con bastante frecuencia en el ámbito de la construcción sobre todo en países como Estados Unidos y México.
Ahora, para explicar en qué consiste la impresión 3D, es un proceso en el cual uno crea elementos, diseños o estructuras de construcción a través del uso de está tecnología. Según informa este sitio, a diferencia del uso convencional de las tintas utilizadas en las impresoras, en este caso particular, los materiales desarrollan otro modelo de impresión, por capas.
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Estados Unidos fue el país pionero en el uso de está tecnología ligada a este rubro, de hecho, es el país del continente americano que más ha utilizado este sistema en diversos proyectos de construcción. Para el caso de México, país que a futuro piensa usar este programa para sus obras ligadas al sector constructivo.
Según comenta Cemex Ventures, el valor de esté método en 2021 fue de US$190 millones, se espera que ese número aumente a US$680 millones de dólares de cara al 2030.
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Asimismo, los materiales que más se usan al momento de imprimir el proyecto de construcción con 3D, son el hormigón estándar, plástico, metal, piedra, arena entre otros.
Este sistema entrega una serie de ventajas al momento de diseñar y ejecutar un proyecto de construcción. Entre esos beneficios está que este método agiliza los tiempos de trabajos de una obra y al mismo tiempo se puede modificar el diseño en el momento el que estimes conveniente.
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Por otro lado, promueve la sostenibilidad, principalmente porque disminuye la cantidad de residuos en la obra, ya que identifica qué materiales son los más adecuados al momento de construir un inmueble.
El académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central, Jon Arteta Grisaleña comentó que “La impresión 3D es un campo bastante amplio, hay una gran variedad de técnicas y tecnologías desde lo que podría ser la impresión de edificios completos hasta la fabricación de ciertos componentes de la edificación en un ambiente controlado”.
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En ese sentido el académico añadió que esté método comparte los beneficios que entregan los sistemas tradicionales. “Hay una mayor precisión en la ejecución de las piezas, una mayor automatización de los procesos, se reduce los errores, mayor seguridad en los procesos constructivos y todo esto permite también una mayor reducción de los tiempos de ejecución, un mejor aprovechamiento de los materiales, se reduce los eventuales desechos de la construcción y esto deriva en una mayor productividad y una optimización de costos”.
Asimismo, Arteta Grisaleña señaló que “la fabricación 3D permite fabricar multitud de piezas que pueden ser todas diferentes, en ese sentido podemos hablar de prefabricación no estándar, lo que permite aplicar a diseños singulares con ciertas particularidades.
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Sobre la proyección de esté método a futuro, el experto agregó que “la clave es que vaya encontrado su nicho específico, es decir en los campos de concentración en donde pueda convertirse en una tecnología competitiva”.
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