El sector de la construcción vive importantes procesos en su evolución. Gracias a los composites, materiales que imponen una nueva mirada en el sector inmobiliario llevándolo a hacerlo más sostenible y resiliente.
Por: Renato Herrera Lagos
El sector de la construcción ha sido tradicionalmente una de las industrias más importantes a la par que una de las más contaminantes. De hecho, en el cómputo global, consume el 50 % de los recursos naturales, el 40 % de la energía y genera el 50 % de los residuos. Se necesitan más de 2 toneladas de materia prima por cada m2 de vivienda que se construye.
Para Véronica Oyarzún, arquitecta y gerente de Nuevos Negocios del Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTEC), quién comenta sobre las diferencia en los materiales existentes en Chile y su uso, “por ejemplo, si uno se va a las categorías y todo, hay materiales compuestos que son de base metálicas, otros que son de base petrea, etc. Y si hay ciertas clasificaciones. Pero, por ejemplo, el hormigón armado ya es un material compuesto”.
La energía empleada en fabricar los materiales para construir una vivienda equivale a un tercio del consumo energético de un hogar medio durante 50 años. La producción de residuos derivados de la construcción y demolición supera la tonelada anual por habitante.
Christian Cancino, coordinador de Capacidades Tecnológicas de Construye2025, comenta que la principal característica de los materiales compuestos, se relaciona con “la combinación de dos o más elementos diferentes para crear un nuevo material con propiedades distintas a sus componentes usados de forma individual. Estos materiales cuentan con una amplia variedad de aplicaciones, como por ejemplo, en la industria aeroespacial, automotriz, militar y la industria de construcción entre otros rubros productivos debido a sus propiedades únicas como alta resistencia o mayor durabilidad”.
Los materiales compuestos son la combinación de dos o más materiales de forma que las propiedades del material final sean superiores a las de los componentes por separado. Este tipo de materiales, utilizados inicialmente para la industria aeroespacial, son cada vez más utilizados en el sector de la construcción, tanto en obras civiles como de edificación.
La sustitución de materiales tradicionales por materiales compuestos supone un importante cambio en favor de la sostenibilidad, ya que se trabaja principalmente con fibras de carbono y fibras de vidrio unidas entre sí mediante materiales poliméricos y utilizando procesos como hand lay-up, pultrusión, RTM (resing transfer moulding) o infusión de grandes espesores. Estos innovadores procesos consumen una menor cantidad de energía y los materiales compuestos resultantes ofrecen unas prestaciones superiores a los tradicionales.
Para Oyarzún “los materiales de por sí ya son elementos compuestos porque, por ejemplo, un ladrillo va a ocupar tierra, agua y vas a mezclar todas estas materias primas. Sin embargo, como el avance de estos materiales ya se llaman materiales compuestos, cuando tú empiezas a incorporar otras partículas u otros elementos, para poder reforzar y/o mejorar las características de ese material de alguna manera, ese material base”.
El empleo de materiales compuestos en lugar de elementos como hormigón y acero tiene multitud de ventajas. Una de ellas es la ligereza, ya que la densidad de los materiales varía desde 0,03 a 2 Kg/dm3, lo que facilita el ensamblaje, transporte y la colocación en obra. En tanto, los materiales que muestran un excelente comportamiento ante la corrosión y los agentes ambientales, contribuyen a su aplicación en zonas costeras y disminuyen el coste del mantenimiento.
Otra característica se relaciona con la alta resistencia mecánica, puesto que presentan elevadas resistencias mecánicas, es decir, pueden soportar mucho peso, lo que justifica su uso como materiales estructurales. La moldeabilidad tienen un elevado grado de libertad en su capacidad de moldeo, algo que permite diseñar cualquier tipo de forma y son autolimpiables, ya que no se ven afectados por condiciones de lluvia al repeler el agua, lo que permite su utilización en elementos estructurales exteriores como techos, fachadas y elementos ornamentales.
Los retos del futuro
Si bien los avances en la innovación de los materiales compuestos son amplios y se han acelerado en el último tiempo, aún tienen ante sí algunos retos en los que ya se trabaja para adaptar todavía más sus prestaciones. Con esto nos referimos a, por ejemplo, su reciclabilidad y su resistencia al fuego, aunque en estos campos ya están trabajando los departamentos de numerosas empresas del sector.
Para Christian Cancino, coordinador de Capacidades Tecnológicas de Construye2025, las empresas constructoras en Chile están enfrentando varios desafíos en cuanto al uso de materiales compuestos y no contaminantes y será cada vez más relevante en el corto plazo.
“Dentro de los desafíos más importantes podemos destacar que existe una mayor conciencia ambiental, dado que en nuestro país y en el mundo cada vez se toma más conciencia del entorno y de los problemas ambientales, siendo prioritario buscar alternativas más sostenibles en la industria de la construcción. Las empresas constructoras deben adaptarse a esta nueva realidad e incorporar soluciones mucho más amigables con el medio ambiente”, advierte el ejecutivo.
Para Construye 2025, la innovación es clave para el desarrollo y la adopción de nuevos materiales compuestos y no contaminantes en la construcción, donde las empresas constructoras deberán estar en constante búsqueda de nuevas soluciones, materiales más eficientes, sostenibles y que sean rentables, lo que puede implicar el uso de nuevas tecnologías o procesos. A medida que aumenta la demanda de materiales no contaminantes la disponibilidad de estos podría verse afectada y, junto con esto, podría existir un aumento de costos relevante en el desarrollo de los proyectos.
“Creo que el desafío hay que entender que viene cosas nuevas y que hay que probarlas en entornos más acotados y eso poder escalarlas beneficio a todos, porque desde él que está pegando la palmeta al jefe de obra y el que está tomando la decisión de optar por un material, en este caso tiene muchos mejores atributos del punto de vista de sustentabilidad”, señala Oyarzún.
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