El estudio de la U. de Talca comparó entre el primer semestre de 2021 y el primero de este año, identificando que aumentó en un 100% el número de empresas declaradas en quiebra en la industria.
Por: Tomás Rodríguez Botto / Renato Herrera Lagos
Una investigación de la Universidad de Talca detectó la quiebra de 244 empresas en el sector de la construcción durante los últimos tres semestres, que revisó los datos emanados por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir).
La indagación realizada por Armando Durán, director de la Escuela de Ingeniería Civil en Obras Civiles de dicha casa de estudio, señaló que el cierre de las empresas constructoras informadas “es el reflejo del grave problema en que se encuentra la actividad económica en Chile”.
Las cifras, separadas en dos semestres por año, dan cuenta que 58 empresas del rubro quebraron el primer semestre de 2021 y 76 en el segundo semestre del año pasado. En tanto que en 2022, en lo que respecta al primer semestre, el número habla de 110 compañías que dejaron de operar en el país.
Al ser comparado estas cifras entre el primer semestre de 2021 y el primero del 2022, se puede apreciar un aumentó del 100% entre mismos segmentos pero diferentes años. Para el académico de la Universidad de Talca: “las quiebras generan un efecto dominó de daño sobre los acreedores, fabricantes, subcontratistas y toda la cadena logística del desarrollo de proyectos”.
La metodología del estudio se basó en la revisión de cada empresa declarada en quiebra durante los periodos antes señalados, asignado además a un rubro económico respectivo y centrándose en las que corresponden al área de la edificación, un análisis que a la fecha es único en el país.
Respecto a los resultados, el informe indica que en el primer semestre de 2021, el sector construcción tuvo 58 empresas declaradas en quiebra de un total de 253 compañías a nivel nacional, cifra equivalente al 23%, siendo el sector más afectado en este período.
Para el segundo semestre del 2021 fueron 76 las empresas que declararon insolvencia, correspondiente al 27% de un total general de 282 entidades, significando un alza del 4% respecto al período anterior y demostrando la tendencia de que el rubro construcción ha sido uno de los más golpeados en esta crisis.
Finalmente, para el primer semestre del año en curso, nuestro país registró la insolvencia de 110 constructoras de un total de 308 empresas nacionales que se encontraban en este proceso, porcentaje equivalente al 36% del total, siendo nuevamente el sector más afectado, con un alza de un 9% respecto al semestre anterior.
Los resultados muestran que hay un efecto en que la quiebra que repercute en las instituciones financieras, que por ende toman medidas restrictivas de créditos y en consecuencia perjudican a los proveedores, que también deben ser precavidos con nuevos mecanismos de cobros. Sin embargo, los más afectados son los subcontratistas que desconocen la situación contractual de las empresas mandantes y son las que juegan un rol importante, ya que son quiénes realizan los trabajos.
Es en este panorama durante el mes anterior la constructora Claro, Vicuña y Valenzuela (CVV), con 65 años de trayectoria, comenzó un proceso de liquidación en el 9 Juzgado Civil de Santiago, lo que conlleva la desmovilización de 30 obras que estaban en ejecución a lo largo de Chile, la desvinculación de alrededor de 2.500 personas y terminar la adquisición de productos y servicios de más de 1.500 proveedores de distinto tamaño.
El informe reveló también, que las quiebras no se relacionan con la ciudad de origen o ubicación geográfica de las empresas, sino que, con proyectos que fueron adjudicados con valores y precios de dos años atrás, pero que ahora se volvieron inviables debido a la inflación.
“El Estado de Chile, una vez que adjudica fondos, no puede actualizarlos posteriormente, aunque los precios de los materiales suban, por ello muchos proyectos no pueden realizarse ni financiarse con precios obsoletos”, detalló Durán.
Asimismo, el director de la Escuela de Ingeniería Civil en Obras Civiles de la U. de Talca, dijo que al no desarrollarse los proyectos se activa el mecanismo de las boletas de garantía, cuyo vencimiento perjudicó a las empresas que tuvieron que pedir créditos bancarios convencionales, generando el consiguiente sobreendeudamiento.
“Debieron asumir las restricciones y alzas en las tasas de los créditos con entidades financieras. Esta situación afectará directamente el crecimiento del país en materias de infraestructura y descentralización, con lo que algunas regiones se verán nuevamente postergadas. La crisis, probablemente, impulsará a que muchas de estas compañías emigren a otros rubros de la economía, dejando un cementerio abandonado de cientos de obras a mitad de construir en el territorio nacional”, afirmó el director de la escuela.
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