Dado el contexto económico, la recomendación de los expertos indica evaluar con mayor profundidad la estabilidad de los ingresos familiares y su continuidad antes de asumir compromisos hipotecarios, especialmente si la inversión será en modalidades en blanco o en verde.
Por: Renato Herrera Lagos
Si hablamos de tendencias para el sector inmobiliario de cara a lo que será el comienzo del 2023, los edificios con bar propio, salas para el teletrabajo, enchufes USB y lockers inteligentes de frío/calor para recibir nuestros pedidos de alimentos a través de aplicaciones, son algunas de las novedades que marcarán este próximo año.
Ahora bien, las tendencias marcan indicadores que no son del todo concordantes con aspectos económicos. La inflación, los precios de los materiales de la construcción y el contexto económico mundial, ha golpeado directamente al desarrollo de la industria inmobiliaria.
Carolina Uribe, cofundadora de JetBrokers, menciona que “muchas inmobiliarias han postergado la realización de proyectos, por lo que veremos una baja en la cantidad de unidades nuevas que saldrán a la venta. Mientras antes compre la gente, mejor, porque el ahorro será significativo”.
En esta misma línea, un estudio de la consultora GfK, reveló que la venta de viviendas nuevas cayó en un 38% entre julio y septiembre de este año. A este trimestre, también se añade que sólo se incorporaron 43 proyectos nuevos, siendo la cifra más baja desde el 2016.
Desde este punto, la cofundadora de JetBrokers apunta que la solución podría llegar de un trabajo paralelo entre la banca y el sector público: “creo que flexibilizando las condiciones bancarias y mejorando el compromiso por parte del gobierno el mercado se podría activar”.
Pese a esto es que las inmobiliarias han buscado encantar a su público a través de la innovación en sus espacios comunes o en la misma vivienda. Actualmente podemos encontrar propiedades o condominios que posee en sus bares propios, salas de cine, zona solo para mascotas, lugares aptos para el teletrabajo.
mientras exista un déficit habitacional de 600 mil viviendas, a mí parecer, el mercado inmobiliario reflotará con fuerza
Para Sergio Novoa, Gerente Consultoría Inmobiliaria de BMI, las proyecciones para el sector de cara al 2023 son negativas, ya que señala “mientras los bancos estén con el puño cerrado en las condiciones hipotecarias. Ahora bien, mientras exista un déficit habitacional de 600 mil viviendas, a mí parecer, el mercado inmobiliario reflotará con fuerza”.
El ejecutivo comenta que lo que se está viendo en regiones, hace que se sobrelleve mejor la crisis hipotecario actual. “Piensa que el mercado regional siempre ha sido un mercado muy olvidado por las inmobiliarias y hace unos años se dieron cuenta de que el mercado de Santiago empezó a guatear y se empezaron a expandir de ahí la cantidad de proyectos que han surgido en todas regiones en los últimos 5 años”, comenta.
Tras el acontecer de este 2022 en materia de constructoras, declarando quiebras, ayudas del Estado, aumento de precios en materiales, insumos y servicios, y suma y sigue, para Alejandro Guzmán, Director Programa Dirección Estratégica de Inversiones Inmobiliarias CDAG FEN UChile, durante este año hemos visto la declaración de insolvencia e incluso liquidación de empresas constructoras históricas en el país, Claro, Valenzuela y Vicuña, por ejemplo.
“El sector ha sido afectado por un alza general y relevante de sus costos, (los que muchas veces no son traspasables a precios debido a cláusulas contractuales previas), mayor costo del crédito tanto para la construcción como para los hipotecarios, menor acceso a financiamiento tanto para oferentes como demandantes y lentitud en la tramitación de las distintas etapas de los proyectos frente a las autoridades”, estima Guzmán.
Lo anterior se refleja en una menor cantidad de proyectos para desarrollo futuro, agravado por una menor confianza tanto de los consumidores y empresas (anticipo de la demanda y oferta futuras).
Así, el Director Programa Dirección Estratégica de Inversiones Inmobiliarias CDAG FEN UChile, señala que la evidencia indica un año contractivo para el sector, con precios que a nivel general no debieran mostrar tendencias a la baja, pero sí una menor demanda agregada, al menos del segmento propiamente residencial (1a vivienda o a lo sumo una segunda) y, no necesariamente así, en el segmento de grandes inversionistas generando mayor tendencia al Multifamily,
Guzmán señala que el actuar de las autoridades a la hora de reactivar el sector debe siempre estar presente que la industria de la construcción, la que es más amplia que el inmobiliario residencial ya que comprende OO.PP, Industria, Oficinas, etc. Es muy relevante para nuestra economía por dos razones principales: “Es una de las principales fuentes de mano de obra tanto directa como indirecta, y tiene, un importante efecto multiplicador sobre una serie de industrias derivadas las que actúan como proveedoras”.
Dado el contexto económico, evaluar con mayor profundidad la estabilidad de los ingresos familiares y su continuidad antes de asumir compromisos hipotecarios, especialmente si la inversión será en modalidades en blanco o en verde. Si es este el caso, realizar simulaciones hipotecarias realistas considerando la variabilidad de tasas para evitar lo que le sucedió a miles de inversionistas, que ante un alza de tasas y/o disminución de plazos, no pudieron hacer frente al compromiso contraído.
En esta línea, revisar en detalle las cláusulas de la promesa de compraventa e incorporar protecciones al inversionista frente a situaciones de fuerza mayor, como por ejemplo, no contar con ingresos al momento de la entrega, cambios en las condiciones crediticias que impidan ejercer la promesa, rechazo del hipotecario por causas no imputables al comprador, etc. Considerar la variable inflación en relación a la reajustabilidad de los ingresos ya que esta incide en un mayor valor nominal del pie y de los dividendos.
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