Por: Mario Anfruns Bustos, arquitecto.
En los últimos años Chile ha enfrentado un creciente desafío relacionado con las parcelaciones. Este fenómeno no sólo tiene implicancias medioambientales y sociales,, sino que también, refleja una problemática más profunda: la falta de suelo en áreas urbanas adecuadamente planificadas.
La raíz de este problema radica, en gran medida, en la lentitud de los procesos de aprobación de los planes reguladores comunales a lo largo del país, donde hay zonas que siguen operando con PRC de hace mas de 25 años.
Los planes reguladores son instrumentos cruciales para la orden territorial y el desarrollo urbano. Sin embargo, la tardanza en su aprobación ha generado un vacío que fomenta la proliferación de parcelaciones ilegales. Estas prácticas perjudican el medio ambiente, generan conflictos territoriales e impactan negativamente en la calidad de vida de los ciudadanos.
Si seguimos mirando cómo planificar el área rural sin antes tener planificada el área urbana, es que se está poniendo la carreta delante de los bueyes. No sacamos nada con normar a 10 kms del radio urbano, si ese tramo debería ser parte al día de hoy.
Es imperativo que se acelere el proceso de los planes reguladores comunales. La agilidad en su aprobación permitiría una mejor gestión del territorio, y también, podría contribuir significativamente a resolver un gran porcentaje de los problemas asociados con las parcelaciones.
Además, un proceso más eficiente y rápido podría atraer inversiones y dinamizar la economía local, especialmente, en regiones que actualmente enfrentan desafíos económicos.
Resulta preocupante que las carteras de vivienda todavía no pongan un énfasis suficiente en la aceleración de los planes reguladores, recordemos que su segundo apellido es urbanismo.
Esta falta de prioridad perpetúa la problemática de las parcelaciones y priva a las regiones de oportunidades de desarrollo e inversión. Un claro ejemplo de esto es la Región de Aysén, que recientemente registró un resultado negativo en el Producto Interno Bruto (PIB).
Si se hubiera promovido la aprobación de planes reguladores de manera más eficiente, regiones como Aysén podrían haber recibido un impulso significativo en términos de inversión y desarrollo urbano. La falta de acción en este ámbito, refleja una miopía en la planificación de políticas públicas que tiene repercusiones directas en el bienestar y el desarrollo económico de las comunidades.
La problemática de las parcelaciones en Chile es un síntoma de una deficiencia mayor en la planificación urbana y territorial. La aceleración de los procesos de aprobación de los planes reguladores comunales, resolvería gran parte de este problema e inyectaría una necesaria dosis de dinamismo económico en regiones que lo necesitan.
Es hora de que las carteras de vivienda y las autoridades pertinentes prioricen esta cuestión, promoviendo un desarrollo urbano sostenible y equitativo en todo el país.
